Es con un corazón golpeado, pero una mente clara que me dirijo a ustedes en este momento. Como ciudadano de este país, he sido un lector fiel de sus publicaciones a lo largo de los años. He crecido leyendo las páginas de [Listín Diario/El Periódico Hoy/El Nacional/El Diario Libre/El Día], admirando el papel fundamental que desempeñan en nuestra sociedad.

Hoy, sin embargo, me veo en la necesidad de alzar mi voz, no para desafiarles, sino para compartir mi profunda preocupación y consternación por el modo en que se ha tratado mi situación reciente en sus páginas.

Entiendo que la prensa tiene la responsabilidad de informar a la sociedad, pero también creo firmemente que esta responsabilidad debe ir de la mano con una información veraz. Lamento decir que siento que en mi caso, estas cualidades han sido dejadas de lado en favor de sensacionalismo anti familiar y humano, haciéndose eco de fuentes cuyos intereses son viciados y que quizás ustedes en su buena fe fueron también confundidos.

El tratamiento que recibí en sus publicación siempre en primera plana vendiéndome como un estafador de escala mundial, dolió y marcó mis hijos y mi familia y puso a tambalear mi vida; mas hoy que un tribunal ha evacuado una sentencia declarando mí no culpabilidad algunos medios ni lo publican y otros me ubican en páginas lejanas, junto a individuos cuyas acciones son atroces y de naturaleza distintas a las infundadas en mi contra; esto me ha llevado a cuestionar los principios sobre los cuales ustedes operan, mas no lo juzgo ni lo critico, todo lo contrario lo respeto, acompañado de un llamado a lo humano.

Entiendo que las noticias se seleccionan y se presentan con el fin de atraer lectores y generar ventas, pero esto no puede hacerse a expensas de la verdad y la justicia. Mi caso ha sido manipulado y distorsionado por las autoridades competentes, y sin embargo, en lugar de exponer esta injusticia, han optado por contribuir a la difamación de mi persona y el ocultamiento de la sentencia, minimizando y asociándome, repito a supuestos criminales.

Lo justo y lo ético sería brindar una cobertura imparcial y exhaustiva, exponiendo las falsas pruebas presentadas en mi contra, así como las manipulaciones y abusos cometidos por aquellos que deberían velar por la justicia.

Comprendo que la prensa tiene un papel vital en nuestra sociedad, pero este papel conlleva una gran responsabilidad. Espero sinceramente que reconsideren su enfoque y recuerden el poder que poseen para influir en la opinión pública y dar forma a la narrativa de nuestra sociedad.

Quiero creer en la integridad de las instituciones de prensa como la suya, pero para que eso suceda, es fundamental que se apeguen a los más altos estándares éticos y profesionales, si así fuera, hoy sus portadas debieron ser como ayer, para que así mis hijos vieran la otra cara de la moneda y pudieran reconstruir sus vidas, muchas gracias y que Dios le guarde.