ISLAMABAD (AP) — El Talibán investiga amenazas de muerte explícitas contra docenas de mujeres afganas que trabajan para Naciones Unidas, según un informe publicado el domingo.
En su actualización más reciente sobre la situación de los derechos humanos en Afganistán, la misión de la ONU en el país informó que docenas de empleadas nacionales fueron objeto de amenazas de muerte explícitas en mayo.
Las amenazas se producen en un contexto de severas restricciones impuestas a las mujeres desde que el Talibán tomó el poder en Afganistán en 2021.
Las amenazas provinieron de individuos no identificados vinculados con su trabajo en la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán, otras agencias, fondos y programas, “lo que requirió que la ONU implementara medidas provisionales para proteger su seguridad”, indica el informe.
El informe señala que los talibanes informaron a la misión de la ONU que su personal no era responsable de las amenazas. El Ministerio del Interior lleva a cabo una investigación, según el informe.

El portavoz del Ministerio del Interior, Abdul Mateen Qani, declaró que no se habían hecho tales amenazas.
“Esto es completamente incorrecto”, indicó Qani. “El ministerio tiene un departamento independiente para esto, y tenemos un plan estratégico para la protección y seguridad, por lo que no hay amenaza para ellas en ninguna área, ni nadie puede amenazarlas, ni hay ninguna amenaza para ellas”.
Qani no respondió preguntas sobre una investigación.
En diciembre de 2022, el Talibán le prohibió a las mujeres afganas trabajar en organizaciones no gubernamentales nacionales y extranjeras, extendiendo esta prohibición a la ONU seis meses después, y luego amenazó con cerrar agencias y grupos que aún empleaban a mujeres.
Algunas mujeres, sin embargo, han permanecido en sectores clave, como la atención médica y la asistencia humanitaria urgente, donde las agencias de ayuda dicen que las necesidades son grandes.
Las agencias humanitarias dicen que los talibanes han obstaculizado o interferido con sus operaciones, acusaciones que las autoridades niegan.
El informe de la ONU es la primera confirmación oficial de amenazas de muerte contra mujeres afganas que trabajan en el sector. El informe también destacó otras áreas que afectan las libertades personales y la seguridad de las mujeres.
En Herat, inspectores del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio comenzaron a exigir que las mujeres usen un chador, una capa que cubre todo el cuerpo y la cabeza.
A docenas de mujeres consideradas “en incumplimiento” se les impidió entrar a mercados o usar transporte público. Varias mujeres fueron detenidas hasta que sus familiares les llevaron un chador, según el informe.
En Uruzgan, mujeres fueron arrestadas por usar un pañuelo en la cabeza —un hiyab—, en lugar de una burka.
A las mujeres también se les ha negado el acceso a áreas públicas, de acuerdo con leyes que les prohíben estar en tales espacios. En la provincia de Ghor, la policía obligó a varias familias a abandonar un área recreativa. Advirtieron a las familias que no visitaran sitios de picnic al aire libre con mujeres.
En Herat, inspectores para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio detuvieron a grupos familiares con mujeres y niñas para que no accedieran a un área recreativa abierta, y sólo permitieron el ingreso a grupos de hombres.
Nadie del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio estuvo disponible de momento para comentar sobre los incidentes en Ghor, Herat y Uruzgan, que según la ONU ocurrieron en mayo.
En Kandahar, el Departamento de Salud Pública instruyó a las trabajadoras de la salud a ser acompañadas al trabajo por tutores masculinos con una tarjeta de identificación que demostrara que estaban relacionadas con la mujer por consanguinidad o matrimonio.
No estaba claro de momento si la tarjeta es específica de Kandahar o se implementará en todo Afganistán.
“El proceso para solicitar una tarjeta de identificación de mahram (tutor masculino) es, según se informa, engorroso y puede tardar varias semanas, ya que requiere que, de hecho, el Departamento para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio y un miembro de la comunidad local (por ejemplo, malik, imán o anciano del pueblo) verifiquen la relación”, indicó el informe de la ONU.