Por SONIA PÉREZ D.
SAN MIGUEL DUEÑAS, Guatemala (AP) — Recientemente, de pie afuera de una enorme planta empacadora de aguacate y en presencia del embajador de Estados Unidos, el presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, conectó la fruta de alta demanda con el desarrollo rural y dijo que la instalación señalaba un nuevo capítulo en la trayectoria de este cultivo comercial.
Sin embargo, seis meses después de que Estados Unidos diera luz verde a la importación de aguacates de Guatemala , el país centroamericano aún no ha enviado la fruta al norte. Aun así, las expectativas son altas.
Durante décadas, México ha sido la principal fuente de aguacate importado a Estados Unidos, junto con pequeñas cantidades de algunos países sudamericanos.
Guatemala prevé comenzar de forma similar, pero espera aprovechar su proximidad y experiencia en la exportación a Europa para expandirse rápidamente y satisfacer la creciente demanda estadounidense.
“En este momento hay 7 mil hectáreas sembradas con la fruta, pero en los próximos 10 años podría llegar a casi 30 mil hectáreas”, dijo Francis Bruderer, presidente de la Asociación de Productores de Aguacate de Guatemala.

Cuando Estados Unidos anunció el permiso de importación en noviembre pasado, el Ministerio de Agricultura de Guatemala estimó que el país podría enviar inicialmente 1.700 toneladas a Estados Unidos, pero llegar a 15.000 toneladas en 2030.
No está claro cómo esas expectativas podrían verse afectadas por un arancel del 10% que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció este mes sobre docenas de socios comerciales, incluida Guatemala.
De pie en su propio huerto de aguacates con la fruta embolsada individualmente en los árboles para protegerla de las plagas, Bruderer dijo que cada año se plantan más y más árboles de aguacate y ahora sólo superan en cobertura de tierra a los árboles de caucho y de palma africana.
La nueva planta de empaque de aguacate, con helipuerto propio, se encuentra al final de un camino de tierra. Cuando abra en agosto, se espera que emplee a cientos de personas en Barberena, a aproximadamente una hora y media en coche al sur de la capital y sus alrededores.
Fue construido por Mission Produce, con sede en California, uno de los mayores proveedores de aguacate del mundo.
“Guatemala es una potencia emergente en la industria internacional del aguacate, y Mission Produce lidera el desarrollo de la región para la producción mundial de aguacate”, afirmó Juan Rodolfo Wiesner, presidente de Mission Produce para América del Sur y Central.
El director ejecutivo de la compañía, Steve Barnard, dijo que se trata de una “inversión estratégica” para reforzar la posición de la compañía como líder mundial en aguacates.
En la inauguración de las instalaciones la semana pasada, Arévalo aplaudió la calidad de los aguacates de Guatemala y dijo que su producción ya emplea a unas 6.000 personas.
“Para nosotros es una oportunidad concreta, significa impulsar el desarrollo rural y el crecimiento económico sostenible”, dijo Arévalo al destacar la presencia del embajador de Estados Unidos.
El Ministerio de Agricultura de Guatemala declaró que aún existe un obstáculo para la aprobación del gobierno estadounidense de los protocolos de exportación de aguacate.
Los inspectores deberán garantizar que los aguacates enviados a Estados Unidos estén libres de plagas.
El otro desafío podrían ser los aranceles estadounidenses a las importaciones.
Mientras Guatemala intenta entrar en un mercado estadounidense dominado por México (1,4 millones de toneladas exportadas anualmente), los aguacates mexicanos actualmente no enfrentan un arancel, lo que coloca a Guatemala en desventaja.
“Hay mucha cautela y temor entre los actores económicos, porque las cosas no están bien definidas, están esperando la negociación del Gobierno (con EE.UU.)”, dijo el economista Ricardo Barrientos.
Pero Guatemala podría tener otras ventajas.
En los últimos años, Estados Unidos ha suspendido temporalmente las importaciones de aguacate de México y las inspecciones de la fruta en el estado de Michoacán después de que los inspectores recibieran amenazas o fueran agredidos .
Esta rentable fruta atrajo hace tiempo la atención de los poderosos grupos del crimen organizado mexicano, que extorsionan a los productores y empacadores de aguacate. En septiembre, Estados Unidos anunció que transferiría las tareas de inspección al gobierno mexicano .
Estas amenazas a la seguridad también podrían ocurrir en Guatemala a medida que la industria crece. El país también deberá monitorear de cerca la deforestación, ya que se talan los bosques para plantar huertos de aguacate, y el agua que requieren los árboles , ambos temas delicados en México.
Actualmente no existe una normativa que regule el uso del agua para los huertos de aguacate, pero el Ministerio de Agricultura dice que “las grandes empresas utilizan el riego por goteo para optimizar los recursos hídricos”.
“Para producir y exportar aguacate se deben implementar buenas prácticas agrícolas que contribuyan al buen manejo de la fruta y del medio ambiente”, indicó el ministerio.