Trabajadores tuvieron que regresar a sus casas caminando ante el cierre de estaciones del metro.
El apagón masivo ocurrido este jueves en España, Portugal, Andorra y el sur de Francia ha generado un caos total en las principales ciudades. La suspensión de labores, la paralización del metro y el cierre de estaciones son algunas de las consecuencias que ha provocado la situación.
La mañana transcurría con normalidad hasta que, alrededor de las 11:00 a.m., todo cambió de forma inusual.
Jefferson Zambrano, quien trabaja en una empresa de desarrollo web completamente dependiente de la electricidad, relató a Diario Libre que al momento del apagón se encontraba en su lugar de trabajo. De repente, se produjo un corte total de energía, lo que generó confusión entre él y sus compañeros.
«De pronto hubo un apagón y, claro, empezamos a preguntarnos entre compañeros si también se les había ido la luz. Vimos que afectaba a diferentes zonas y después comenzamos a escuchar las noticias de que era en toda España», señaló.

Tras el corte, aguardaron un tiempo en la oficina, pero ante la prolongación del apagón, los supervisores le ordenaron que regresaran a casa. En medio del caos, Zambrano también comentó que la señal telefónica comenzó a fallar.
Fallos en los semáforos y accidentes viales
El mal funcionamiento de los semáforos, esenciales para prevenir accidentes y mantener el orden vial, también ha sido una de las principales consecuencias del apagón, provocando varios accidentes.
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Según Zambrano, cerca de su lugar de trabajo, específicamente en la calle Torroja, se registraron varios choques de vehículos.
Otros problemas
El apagón ha generado pánico entre los ciudadanos. Jefferson explicó que, al ser las estufas eléctricas, muchas personas se vieron obligadas a acudir a los supermercados para poder abastecerse de alimentos listos para consumir.
Otro problema fue la disponibilidad de dinero en efectivo, ya que la mayoría de los ciudadanos suelen utilizar tarjetas de crédito o débito.
«Todo lo que utilizamos aquí es eléctrico, hasta la cocina. Entonces no podemos cocinar ni hacer nada, y ahora los supermercados están abarrotados. Empieza el caos porque casi nadie tiene efectivo. Aquí funcionamos siempre con tarjeta de crédito o débito», puntualizó.
«Los bancos están llenos de gente intentando sacar dinero. Por suerte, le pedí a mi jefe que me prestara dinero en efectivo. Fui al supermercado y ya se habían agotado el agua y los productos enlatados, porque dicen que esto puede durar hasta tres o cuatro días», contó.
Sin comunicación con sus familiares
Después del apagón, Jefferson logró comunicarse con sus familiares en pocas ocasiones, ya que en un momento incluso las redes móviles dejaron de funcionar.
«No tenía señal en el móvil, no podías hacer ni recibir llamadas, nada. Justo ahora volvió la señal, pero hace diez minutos no tenía. Solo tenía internet móvil, los datos normales. Desde las 11:00 hasta las 12:00 pude mandar algunos mensajes, pero después se cortó completamente hasta las 2:00. Recién hace poco volvió», relató.
Un caso similar vive Mariona García, quien depende de la flota corporativa de su trabajo para poder comunicarse con sus familiares.
De acuerdo con la joven, ha tenido escasa comunicación con su madre, Julia Díaz quien labora en una tienda de ropa en el barrio de Sagrada Familia, y cuyo teléfono cuenta con muy poca batería.
García trabaja en un banco en la avenida Diagonal, en Barcelona, y para regresar a su hogar tuvo que caminar alrededor de 45 minutos debido a la suspensión de las líneas del metro.
«Al final nos mandaron a casa y me tuve que volver caminando porque los transportes no funcionaban, los semáforos tampoco, ni el metro. Todo un caos, la gente en las calles intentando llegar a sus destinos caminando», agregó.
La situación es desesperante para comunicarse con otros miembros de su familia y amigos, quienes también tienen muy poca carga en sus celulares.
En su hogar, tampoco su padre, Francisco García, ni su hermana, Lucía García, disponen de internet y solo cuentan con la batería de los portátiles para cargar los teléfonos.
«Ahora tengo internet porque tengo el móvil de la empresa con el que me puedo compartir internet, porque en mi línea normal de teléfono no tengo internet, ni cobertura, ni nada», afirmó.