El presidente de la Unión Demócrata Cristiana -UDC-, Luis Acosta Moreta, Luis “El Gallo”, dijo que una intervención militar en Haití, liderada por Kenia, es altamente preocupante y peligrosa para el país, por las eventuales violaciones de nuestra soberanía.
Reiteró que los problemas haitianos se tienen que resolver en Haití, y la República Dominicana se debe mantener apartada de esa crisis, sin prestar su territorio para el establecimiento de campamentos de refugiados, o entrenamiento de soldados.
Una intervención militar en Haití va a producir un escenario incontrolable de crisis humanitaria, de salud y de reubicación de refugiados, que en ningún caso debe tocar a la República Dominicana.
Afirmó que la fuerza encabezada por Kenia está apoyada por los Estados Unidos y Canadá, en una acción que no cuenta con el respaldo del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que está atado por el veto de China y Rusia.
Indicó que de acuerdo con lo planteado esto no es una fuerza de paz ni humanitaria, sino que irá a Haití a terminar con las pandillas y recuperar el territorio donde estas operan, mientras crean un nuevo ejército y policía.
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Apuntó que la República Dominicana puede ser vista por los Estados Unidos y Canadá, y sectores de las Naciones Unidas, como el lugar ideal para establecer campamentos que permitan el reagrupamiento de las tropas, antes de penetrar en Haití.
Aseguró que Kenia está a 13 mil kilómetros de Haití, y el viaje aéreo es de unas 30 horas de vuelo con escalas, por lo que es fácil deducir que esas tropas tendrán que reagruparse fuera de Haití, para iniciar entonces la intervención.
Resaltó que luce imposible que una fuerza expedicionaria de Kenia aterrice directamente en Haití, si de acuerdo a los informes internacionales las pandillas dominan todo el territorio, no hay fuerzas armadas ni policiales y los viejos cuarteles están tomados por los delincuentes.
Los soldados de Kenia como punta de lanza de una intervención militar, no constituyen una solución amigable si se toma en cuenta los informes de Human Rights Watch sobre la forma en que actúan violando los derechos humanos.
Kenia, un país con 56 millones de habitantes tiene desarrollo occidentalizado en sus principales ciudades, pero millones viven en campos y selvas a nivel de desnutrición, sin acceso a agua potable, y con millas de niños que mueren de infecciones gastro-intestinales.