El geólogo y miembro de la Academia de Ciencias de República Dominicana, Osiris de León, declaró hoy que a lo largo de 50 años de historia de construcción y operación de represas, ninguna ha fallado en la República Dominicana.
Sostuvo, que las represas de República Dominicana son seguras, y tenemos para almacenar agua para acueductos y canales de riego, ni las que acumulan colas mineras.
No obstante, las adversidades meteorológicas y sísmicas a las que se han visto expuestas estas represas, durante el tránsito del huracán David y la tormenta Frederick en el año 1979, el huracán Georges en 1998, y las tormentas Noel y Olga en el 2007; además el terremoto de Puerto Plata en el 2003, lo que indica que todas han operado de manera segura por contar con buena ingeniería.
Osiris de León, dijo que República Dominicana tiene 34 re-presas que almacenan agua para los acueductos y canales de riego, 3 represas para almacenamiento de colas mineras, las cuales han operado perfectamente desde 1974 cuando entró en operación la re-presa de Tavera para abastecer al Cibao Occidental.
Además, en 1975 comenzó a operar la represa de colas de Mejita para la minera de oro y plata de la empresa Rosario Dominicana.
El experto en estudio de suelo y ambientales, señaló que las represas dominicanas están cimentadas sobre rocas de excelente calidad con una resistencia a la compresión superior a los 420 kilogramos por centímetro cuadrado, resistencia que duplica la resistencia del hormigón de uso tradicional en el sector construcción.
“Sus muros se construyen para resistir los máximos empujes hidrostáticos que se puedan generar para alcanzar su máxima cota operacional y para resistir la máxima aceleración sísmica que se pueda producir durante un terremoto de gran magnitud, además de que se les instalan piezómetros, inclinó metros y acelerómetros para su monitoreo y para garantizar su seguridad operacional”, adujo Osiris de León.
Es importante aclarar que las exigencias geológicas, geofísicas, geotécnicas, hidrogeológicas y sismo geotécnicas de la fase de estudios del emplazamiento para una represa de colas mineras, son más rigurosas que para las represas para almacenamiento de agua para acueductos y canales de riego.
Señala, que los muros de las re-presas de colas mineras se diseñan con un factor de seguridad que es superior al factor de seguridad utilizado para las represas convencionales, todo lo cual es diseñado y supervisado por equipos de profesionales extranjeros y nacionales con larga experiencia en estudios, diseños y construcción de represas.
El ingeniero geólogo Osiris de León, aseguró, que la ingeniería del emplazamiento y del proceso de construcción de represas es un tema totalmente distinto a los estudios de impacto ambiental, para caracterizar el posición de una represa y su entorno ambiental, porque ambas fases tienen objetivos y abordajes distintos, y participan equipos profesionales totalmente distintos; el equipo busca que la obra funcione bien y nunca falle, mientras el equipo ambiental, busca que el proyecto nunca contamine, durante su operación diaria, y esas son tareas distintas.
DOCUMENTO INEDITO
Osiris de León dice represas de RD son seguras. Ninguna ha fallado.
El ingeniero geólogo Osiris de León, miembro de la Academia de Ciencias RD, y quien desde 1982 hasta el presente ha estado realizando estudios para diseños y construcción de represas en la República Dominicana, dijo hoy que ninguna represa ha fallado a lo largo de 50 años de historia de construcción y operación de represas para diferentes fines en la República Dominicana, ni las que almacenan agua para acueductos y canales de riego, ni las que almacenan colas mineras, no obstante las adversidades meteorológicas y sísmicas a las que se han visto expuestas durante el tránsito del huracán David y la tormenta Frederick en el año 1979, durante el tránsito del huracán Georges en 1998, durante el terremoto de Puerto Plata en el año 2003, y durante el tránsito de las tormentas Noel y Olga en el año 2007, lo que indica que todas las represas dominicanas han operado de manera segura por contar con buena ingeniería.
Osiris de León dijo que en la República Dominicana hay 34 represas para almacenamiento de agua para acueductos y para canales de riego, y 3 represas para almacenamiento de colas mineras, todas las cuales han operado perfectamente bien desde el año 1974 cuando entró en operación la represa de Tavera para abastecer al Cibao occidental, y desde 1975 cuando entró en operación la represa de colas de Mejita para las operaciones mineras de oro y plata de la Rosario Dominicana, porque las represas dominicanas están cimentadas sobre rocas de excelente calidad con una resistencia a la compresión que es superior a 420 kilogramos por centímetro cuadrado, resistencia que duplica la resistencia del hormigón de uso tradicional en el sector construcción, sus muros se construyen para resistir los máximos empujes hidrostáticos que se puedan generar al alcanzar su máxima cota operacional y para resistir la máxima aceleración sísmica que se pueda producir durante un terremoto de gran magnitud, además de que se les instalan piezómetros, inclinó metros y acelerómetros para su monitoreo y para garantizar su seguridad operacional.
Es importante aclarar que las exigencias geológicas, geofísicas, geotécnicas, hidrogeológicas y sismo geotécnicas de la fase de estudios del emplazamiento para un represa de colas mineras son más rigurosas que para las represas para almacenamiento de agua para acueductos y canales de riego, y los muros de las represas de colas mineras se diseñan con un factor de seguridad que es superior al factor de seguridad utilizado para las represas convencionales, todo lo cual es diseñado y supervisado por equipos de profesionales extranjeros y nacionales con larga experiencia en estudios, diseños y construcción de represas, pero la ingeniería del emplazamiento y del proceso de construcción de represas es un tema totalmente distinto a los estudios de impacto ambiental para caracterizar el emplazamiento de una represa y su entorno ambiental, porque ambas fases tienen objetivos distintos, abordajes distintos, y participan equipos profesionales totalmente distintos, pues el equipo de ingeniería busca que la obra funcione bien y nunca falle, mientras el equipo ambiental busca que el proyecto nunca contamine durante su operación diaria, y esas son tareas distintas.
Dijo que un mito que se ha construido durante décadas es que las represas de colas representan pasivos ambientales de por vida, lo cual no es así, pues las represas de colas reciben diariamente una mezcla de arenas finas y aguas químicas del proceso metalúrgico, pero en pocas horas los sedimentos arenosos se asientan en el fondo de la represa y las aguas clarificadas son bombeadas de nuevo al proceso metalúrgico porque su contenido de agentes químicos disolventes de minerales ayudan a consumir menos agentes disolventes en el proceso de molienda y tratamiento químico del mineral, por lo que la represa se va llenando de arenas finas hasta alcanzar su cota máxima operacional, y cuando se llena de arena ya no hay líquidos contaminantes en la represa ni empujes sobre el muro, y cualquier persona puede comprobarlo en la represa de colas mineras de Mejita y en la represa de colas mineras de Las Lagunas, donde las inspecciones de los organismos oficiales se hacen caminando sobre esos sedimentos secos y muestreando esos sedimentos secos, cosa que nosotros hemos hecho en varias ocasiones para estudios ambientales encargados por la Unión Europea y donde la dirección de los estudios ha sido encargada a científicos del BRGM, que es el Buró de Recursos Geológicos y Mineros del Gobierno francés, una institución del más alto nivel de prestigio mundial en el tema geológico-minero.
En ese sentido dijo que el país debe y tiene la obligatoriedad de seguir construyendo más represas para almacenamiento de agua para acueductos y para canales de riego, y represas de colas mineras para almacenar las colas activas de los procesos mineros, porque es un riguroso requisito ambiental que las colas mineras activas sean almacenadas en lugares seguros hasta que la radiación solar degrade los agentes químicos residuales, degradación que muchas veces se acelera en corto tiempo mediante la adición de cal, agua oxigenada, ozono e hipoclorito de sodio, y por eso las estaciones de monitoreo de la calidad de las aguas superficiales y subterráneas en el distrito minero muestran que no hay contaminación atribuible a operaciones mineras, estando claro que la mayoría de ríos del país tienen más contaminación que los ríos cercanos a las operaciones mineras, y basta muestrear las aguas y analizarlas.