Por DÁNICA COTO
SAN JUAN (AP) — Puerto Rico anunció el domingo que planea privatizar la generación de energía, un hito para el territorio estadounidense en medio de apagones crónicos y una deteriorada red eléctrica que no se ha logrado rehabilitar completamente.
La medida representa el principio del fin para la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, un gigante que desde hace años ha enfrentado acusaciones de corrupción, malas gestiones e ineficiencia y que carga con el peso de una deuda pública de unos 9,000 millones de dólares, la más grande de cualquier agencia del gobierno estadounidense.
Muchos puertorriqueños, ya de por sí indignados y fatigados por los apagones, se mostraron recelosos del anuncio, en particular dadas las graves quejas en torno a la duración de las interrupciones en el servicio, los elevados montos en las facturas de luz y otros problemas surgidos a raíz de que la isla privatizó la transmisión y la distribución de electricidad en junio de 2021.
Fermín Fontanés, director ejecutivo de la Autoridad para las Alianzas Público-Privadas, dijo que el consejo directivo aprobó de forma unánime privatizar la generación. Sus miembros que representan el interés público también estuvieron de acuerdo.
De momento se desconoce a qué compañía eligieron para hacerse cargo de la generación eléctrica. Un portavoz de la autoridad dijo que aún no se publica la licitación, de conformidad con las leyes locales.
Fontanés señaló que se enviará el contrato a la junta rectora de la compañía eléctrica de Puerto Rico y posteriormente al gobernador de la isla, Pedro Pierluisi, para su firma. Se tiene previsto que se apruebe el contrato a pesar de la oposición a la privatización.
Carmen Maldonado, vicepresidenta del opositor Partido Popular Democrático, dijo que ella y otros más combatirán el plan.
José Luis Dalmau, integrante del partido y presidente del Senado de Puerto Rico, señaló que los legisladores examinarían el proceso y exigirán que se le otorgue protección a los trabajadores de la compañía eléctrica del Estado, además de que se estabilice la red y se reduzca el número de apagones, entre otras cosas.
Hizo notar que los puertorriqueños están consternados con la situación actual y exigen un sistema eléctrico más confiable y económico: “La necesaria transformación de nuestro sistema… es un asunto prioritario”, declaró.
De momento se desconoce el efecto que tendría la privatización, si es que tiene alguno, en los hasta ahora infructuosos intentos por reestucturar la deuda de la compañía.
El gobierno y algunos acreedores han recurrido a los tribunales después de varias rondas de negociaciones fallidas.