Por GUILLERMO CARAM
El proceso inflacionario que estamos observando tiene su origen en la insuficiencia de nuestro aparato productivo en satisfacer la demanda, en los déficits públicos originados por gastos excesivos del gobierno en relación a sus recaudaciones como expresión de una política fiscal expansiva y en la inflación importada ahora magnificado por la guerra ruso-ucraniana que afecta principalmente combustibles y granos.
El gobierno ha adoptado diez medidas para controlar la inflación concentradas en subsidios que tienden a incrementar el consumo en lugar de propiciar racionalizarlo así como atacar contundentemente los precios por vía del aumento de la producción.
Consecuentemente estamos proponiendo diez medidas que proporcionarían mas contundencia al accionar gubernamental al ser identificadas como resultado de las tres causas citadas que originan la inflación que estamos padeciendo.
A saber:
1. Reducir gastos para contribuir a disminuir la expansión de circulante a fin de que el Banco Central no se vea compelido a proseguir su política restrictiva, aumentando la tasa de interés que aumentan los costos de producción.
2. Lo anterior implicará disminuir gastos corrientes: burocracia, subsidios, intereses, gastos de funcionamiento, publicidad, etc. Durante los dos primeros meses del año, los RD$145 mil millones que el gobierno venía recaudando al 25/02 no le bastaron para cubrir los RD$146.7 mil millones.
A este faltante de RD$ 1.7 mil millones, habría que agregarle RD$ 21.6 mil millones de amortización de deudas y RD$ 9.2 mil millones de gastos de cápita, para totalizar un faltante presupuestario de RD$32.5 mil millones.
3. La reducción del gasto corriente emitiría una señal autentica de austeridad a la comunidad nacional que revestiría de credibilidad al gobierno para exigir comportamientos austeros de la sociedad en materia altamente sensibles en los presentes momentos como los relacionados con la racionalización del consumo de combustibles y energía, plenamente ausentes en las disposiciones gubernamentales adoptadas.
4. Tanto para reducir gastos como para racionalizar consumo de combustibles y energía, deberá recurrirse a inteligencia y creatividad para identificar y aplicar acciones para racionalizar tráfico y transporte, flexibilización de dias y horarios de trabajo de personas y establecimientos, reducción y alternancia de días laborables o semana laboral, etc.
5. En lugar de incrementar subsidios, algunos con efectos cuestionables, se deberían orientar para financiar el emprendimiento de negocios productivos sustitutos de financiar la inhibición del emprendimiento que conllevan los subsidios sociales. Se perseguiría sustituir los subsidios al consumo para reorientarlos hacia productores como p.e. subsidiar la tasa de interés aumentada como consecuencia de la política monetaria.
6. Los excedentes fiscales generados por la reducción de gastos corrientes permitiría aumentar inversiones públicas masivas en infraestructura agropecuaria (caminos, canales, almacenamiento, etc ), infraestructura comunitaria rural para mejorar las condiciones de vida a los campesinos y para siembra directa de productos de ciclo corto y consumo masivo.
7. El aumento de producción así logrado tenderá a abaratar los precios. En este contexto es necesario que el Estado reasuma las funciones de compra a productores a precios rentables para venderlos a precios justos contenedores de la inflación a consumidores.
8. Al 25/02/2022 las recaudaciones efectivas están superando un 8.5% las presupuestadas. Eso permite dispensar de inmediato y por via administrativa la intención gubernamental de eximir el pago de impuestos a productos importados hasta que maduren las acciones anteriores, especialmente de granos y materias primas necesarias para la producción primaria como la industria avícola, porcina, ganadera, etc.
9. En lugar de congelar precios de los combustibles por meses y en función de barreras del precio del petróleo prácticamente ya superada; insistimos en congelar los valores absolutos hasta hoy alcanzados, los impuestos a los combustibles y los márgenes de comercialización y transporte establecidos como una proporción del precio de los combustibles derivados del incremento de los precios del petróleo.
10. Finalmente, recomendamos adoptar un programa permanente de consulta con productores agropecuarios e industriales a través de las Cámaras de Comercio y Producción que funcionan en cada provincia del país para recabar de productores iniciativas para remover obstáculos que dificultan aumentar producción.
