Puerto Príncipe, (EUROPA PRESS) – El primer ministro de Haití, Ariel Henry, ha roto su silencio y ha pedido «calma» tras una ola de disturbios que se ha hecho especialmente palpable en la capital, Puerto Príncipe, y que está marcada por la subida del precio de los combustibles.
Henry se ha dirigido a la nación para reconocer por una parte la «frustración» de quienes temen perderlo todo y por otra llamar a resolver «juntos» los «problemas». En este sentido, ha señalado que el «enfado» no puede justificar la violencia.
Precisamente fue un discurso anterior de Henry el desencadenante de los disturbios, ya que implicó un aumento drástico en el precio de los productos derivados del petróleo.
«No se debe al precio del combustible el saqueo de escuelas, de universidades, de hospitales», ha señalado, según el diario ‘Le Nouvelliste’.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) denunció el asalto a uno de sus almacenes, algo que también ha recordado Henry en su discurso, en el que no ha dado muestras de revertir la medida sobre los precios y ha defendido su plan de reformas para atender a las familias más vulnerables.
La ONU estima que casi 5 millones de personas, el 43 por ciento de la población, necesitan ayuda humanitaria en el país más pobre del hemisferio occidental.
Los manifestantes reclaman la dimisión del primer ministro, que gobierna Haití en un contexto de vacío de poder, ya que el país carece de instituciones efectivas y no hay planes a corto plazo de celebrar elecciones.
La situación se agravó en julio de 2021 con el asesinato del entonces presidente, Jovenel Moise.