LIMA, Perú (AP) — El nuevo presidente de Perú declaró el martes estado de emergencia en la capital, en el último intento del gobierno por frenar un aumento de la violencia que ha provocado protestas y contribuido a la reciente caída de su predecesor.
En los últimos años, Perú ha experimentado un aumento de asesinatos, extorsiones violentas y ataques a espacios públicos. Entre enero y septiembre, la policía reportó 1690 homicidios, en comparación con los 1502 del mismo período de 2024.
La expresidenta Dina Boluarte fue destituida por el Congreso peruano el 10 de octubre, tras un proceso de destitución en el que los legisladores afirmaron que no había podido frenar la ola de delincuencia. Fue reemplazada inmediatamente por José Jerí, presidente del Congreso.
En un mensaje televisado, Jerí afirmó que la emergencia en Lima durará 30 días y añadió que el gobierno está considerando medidas como el despliegue de soldados para apoyar a la policía y la restricción de algunos derechos, como la libertad de reunión y de circulación. Su gobierno publicó posteriormente un decreto declarando formalmente la emergencia.
“Las guerras se ganan con hechos, no con palabras”, dijo el presidente en su discurso. Añadió que planea implementar un nuevo enfoque para combatir la delincuencia, que describió como “pasar de la defensa al ataque”.

Perú ha sido testigo de grandes protestas contra la violencia y la corrupción lideradas por activistas de la Generación Z.
Manifestantes se congregaron en Lima el jueves para exigir la renuncia del nuevo presidente. La manifestación se tornó violenta, dejando un civil muerto y alrededor de 100 heridos, entre ellos policías y algunos periodistas.
Jerí dijo ese mismo día que no renunciaría .
El expresidente Boluarte declaró un estado de emergencia de 30 días en marzo, pero hizo poco para reducir la delincuencia.