POR VERONICA ANDREA SAUCHELLI and ANDREW WILKS
ROMA (AP) — Algunos de los activistas detenidos cuando intentaban llegar a Gaza por mar dijeron al regresar a sus países que recibieron abusos y humillaciones a manos de los guardias israelíes.
Unos 450 activistas fueron detenidos cuando las fuerzas israelíes interceptaron la Flotilla Global Sumud, una flota de 42 barcos que buscaba romper el bloqueo naval de Israel a Gaza y entregar una cantidad simbólica de ayuda al territorio sumido en la hambruna. Los detenidos entre el miércoles y viernes fueron llevados a Israel, donde muchos permanecen en prisión.
El periodista italiano Saverio Tommasi dijo que los soldados israelíes retuvieron medicamentos y trataron a los prisioneros “como monos”.
“Esto se llama tortura. Se llama tortura, una negación de los derechos humanos, incluso los más básicos”, afirmó a su regreso al aeropuerto Fiumicino de Roma el sábado por la noche.

“Se llevaron las medicinas de todos: personas con enfermedades cardíacas, asma, incluso un hombre de 86 años… le quitaron su inhalador”, añadió.
Entre los detenidos se encontraban la activista sueca Greta Thunberg, el nieto de Nelson Mandela, Mandla Mandela, y varios legisladores europeos.
Tommasi dijo que Thunberg fue señalada por las fuerzas israelíes después de ser arrestada.
“También vimos a Greta Thunberg en el puerto, en ese caso con los brazos atados y una bandera israelí junto a ella, solo una burla”, comentó. “Digamos que la burla fue parte de la violencia verbal y psicológica que siempre llevaron a cabo, para degradar, ridiculizar y reírse en situaciones donde no hay nada de qué reírse”.
La intercepción de la flotilla ocurrió mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parecía estar negociando una nueva iniciativa de paz en Gaza, que incluía un alto el fuego propuesto, al ordenar a Israel que dejara de bombardear Gaza.
Otro periodista italiano, Lorenzo D’Agostino, dijo que los detenidos fueron despertados repetidamente durante las dos noches que pasó tras las rejas. También fueron intimidados con perros y por soldados que apuntaban con las miras láser de sus armas a los prisioneros “para asustarnos”.
“En general, sentí que estaba siendo retenido por una organización terrorista”, expresó después de aterrizar en el aeropuerto de Estambul, donde 137 activistas de 13 países llegaron desde Israel el sábado.
D’Agostino agregó que sus pertenencias y dinero habían sido “robados por los israelíes”.
El activista Paolo De Montis describió haber estado hacinado en una furgoneta carcelaria durante horas con las manos atadas con bridas.
“Estrés constante y humillación”, dijo. “No se te permitía mirarlos a la cara, siempre tenías que mantener la cabeza baja y cuando levanté la vista, un hombre… vino y me sacudió y me dio una palmada en la parte trasera de la cabeza”.
En un comunicado, el ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, dijo que estaba “orgulloso” de la forma en que el personal se comportó en la prisión de Ketziot, una instalación en el desierto del Negev.
“Estaba orgulloso de que tratemos a los ‘activistas de la flotilla’ como partidarios del terrorismo. Cualquiera que apoye el terrorismo es un terrorista y merece las condiciones de los terroristas”, afirmó.