POR JULIA FRANKEL and WAFAA SHURAFA
JERUSALÉN (AP) — Exjefes del ejército y de la inteligencia de Israel pidieron el fin de la guerra en Gaza, mientras el primer ministro Benjamin Netanyahu insinuó nuevas acciones militares en el devastado territorio.
La nueva presión sobre Netanyahu surgió cuando el Ministerio de Salud de Gaza informó que el número de muertos palestinos había superado los 61.000. Funcionarios de salud reportaron nuevos decesos de palestinos hambrientos que buscaban alimentos en puntos de distribución.
A medida que la desesperación aumenta, el organismo de defensa israelí que coordina la ayuda anunció un acuerdo con comerciantes locales para mejorar el reparto de los suministros.
Entre los exfuncionarios de seguridad que se pronunciaron había antiguos responsables del servicio de seguridad interna Shin Bet, de la agencia de espionaje Mossad, del ejército y el ex primer ministro Ehud Barak.

En un video publicado en redes sociales esta semana, denunciaron que los miembros de ultraderecha del gobierno tienen al país “como rehén” al prolongar el conflicto.
Yoram Cohen, exresponsable del Shin Bet, calificó los objetivos de Netanyahu de “fantasía”.
“Si alguien imagina que podemos llegar a cada terrorista, a cada escondite y a cada arma y, al mismo tiempo, traer a nuestros rehenes a casa, creo que es imposible”, expresó.
Posible acción militar más dura
Netanyahu convocó a su gabinete de seguridad para dar instrucciones al ejército en la próxima etapa de la guerra, insinuando que una acción militar aún más dura era una opción.
Sin embargo, la reunión concluyó horas después sin ningún anuncio sobre los planes de Israel.
El mandatario reiteró su compromiso con sus objetivos de guerra, incluyendo la derrota de Hamás, la liberación de los 50 rehenes restantes y garantizar que Gaza nunca vuelva a ser una amenaza para Israel después del ataque liderado por Hamás en 2023 que desató la guerra.
Según la prensa israelí, hay desacuerdos entre Netanyahu y el jefe del ejército, el teniente general Eyal Zamir, sobre cómo proceder.
Los reportes, que citaron a funcionarios no identificados de la oficina de Netanyahu, apuntaron que el primer ministro estaba presionando al ejército, que ya controla alrededor de tres cuartas partes del sitiado enclave palestino, para conquistarlo en su totalidad, un paso que podría poner en peligro a los rehenes, agravar la crisis humanitaria y aislar aún más a Israel en el plano internacional.
Varias informaciones han apuntado que Zamir se opone a este paso y que podría renunciar o ser destituido si sale adelante. Los funcionarios israelíes no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre los reportes.
El líder de Egipto pide el fin de la guerra
Egipto es mediador en las conversaciones de alto el fuego, y su presidente Abdel Fatá el-Sisi declaró que la guerra de Israel en Gaza se ha convertido en una “guerra de hambre, genocidio y liquidación de la causa palestina”.
El-Sisi indicó que la guerra ya no tiene como objetivo lograr fines políticos o liberar a los rehenes.
Reiteró su llamado a los gobiernos europeos y al presidente estadounidense Donald Trump para que ayuden a detener la guerra y entreguen ayuda humanitaria a los más de 2 millones de personas en Gaza.
Las largas filas de camiones esperando para entrar a Gaza desde Egipto han sido una imagen recurrente de la guerra.
Egipto tiene fuertes lazos de seguridad con Israel.
Mueren más personas al buscar ayuda
Funcionarios sanitarios locales indicaron que las fuerzas israelíes abrieron fuego el martes por la mañana contra palestinos que buscaban ayuda desesperadamente y en ataques dirigidos en el centro y el sur de la Franja, y mataron al menos a 45 personas.
El ejército israelí no realizó comentarios al respecto, aunque ha dicho tras tiroteos previos alrededor de la distribución de ayuda que solo disparó tiros de advertencia a las personas que se acercaron a sus fuerzas .
La lista de bajas incluye al menos a 26 personas que fallecieron en el corredor de Morag, una zona militar israelí donde saqueadores y multitudes desesperadas descargaron convoyes de ayuda de la ONU.
Seis personas murieron en Teina, cerca de un camino que lleva a un sitio administrado por la Fundación Humanitaria de Gaza, respaldada por Israel, un contratista estadounidense.
Los registros de la morgue en el cercano hospital Nasser, que recibió los cuerpos, detallaron las muertes y ubicaciones.
El hospital es parte del Ministerio de Salud, que no distingue entre militantes y civiles, pero dice que aproximadamente la mitad de los muertos en la guerra han sido mujeres y niños. Opera bajo el gobierno de Hamás.
La ONU y otras organizaciones internacionales lo consideran la fuente más fiable de datos sobre víctimas.
Sami Arafat, padre de siete hijos, describió el caos en el corredor de Morag el martes por la mañana, diciendo que las multitudes se precipitaron hacia un convoy de camiones de ayuda de la ONU y las fuerzas israelíes dispararon hacia ellos.
“No hay edificios que nos protejan de los disparos”, señaló. “La zona es todo escombros”.
Sostuvo que saqueadores armados con cuchillos subieron primero a los camiones y rompieron las cajas de ayuda, llevándose azúcar que podría revenderse en el mercado mientras dejaban atrás arroz menos costoso.
En otro punto del centro del territorio, el hospital Al-Awda dijo que recibió los cuerpos de seis personas que murieron el martes luego de que las tropas israelíes atacaron a multitudes cerca de otro puesto de la Fundación Humanitaria de Gaza.
La Fundación, por su parte, dijo que no se registraron incidentes en sus instalaciones el martes y que la mayoría de la violencia reciente ha estado vinculada a las entregas de ayuda de la ONU.
Varios cientos de palestinos han muerto por fuego israelí desde mayo mientras trataban de llegar a centros de distribución de alimentos, paquetes lanzados desde el aire y convoyes de ayuda en la Franja.
Según testigos, funcionarios de salud locales y la oficina de derechos humanos de Naciones Unidas.
El ejército israelí dice que solo ha efectuado disparos de advertencia y disputa la cifra de fallecidos.
El organismo de defensa israelí encargado de coordinar la ayuda a Gaza, COGAT, aseveró en la red social X que habrá una “renovación gradual y controlada de la entrada de bienes a través del sector privado en Gaza”.
Afirmó que un número limitado de comerciantes locales fueron seleccionados para participar en la iniciativa.
“Ayuda manchada de humillación y sangre”
En Jan Yunis, Mohammed Qassas afirmó que sus hijos tienen tanta hambre que se ve obligado a asaltar camiones de ayuda, que rara vez llegan a los almacenes en estos días porque son detenidos por multitudes hambrientas.
“Tengo hijos pequeños, ¿cómo se supone que voy a alimentarlos? Nadie tiene misericordia. Esto se asemeja al fin del mundo”, declaró el lunes. “Si peleamos, conseguimos comida. Si no, no conseguimos nada”.
Después de los incansables esfuerzos para conseguir algo de alimento en los camiones, se ha vuelto habitual ver a hombres que regresan cargando sacos de harina a sus espaldas, así como a heridos o fallecidos desde las inmediaciones de los centros de distribución de ayuda.
El bloqueo y la ofensiva militar de Israel han hecho casi imposible el reparto de suministros de forma segura, lo que contribuye a que el enclave se encamine hacia la hambruna.
Los grupos de ayuda sostienen que las medidas adoptadas por Israel hace una semana para permitir la entrada de más ayuda están lejos de ser suficientes.
Las familias de los rehenes en Gaza temen que la inanición también les afecte, pero culpan a Hamás.
Ante el aumento de la alarma a nivel internacional, varios países han lanzado ayuda desde el aire sobre Gaza. La ONU y las ONG dicen que estas operaciones son costosas y peligrosas para los residentes, y que llevan muchos menos suministros que los camiones.
“El mundo entero está mirando”
Los palestinos se reúnen diariamente para las oraciones fúnebres.
“Somos personas desarmadas que no pueden soportar esto”, gritó Maryam Abu Hatab en el patio del hospital Nasser.
Ekram Nasr relató que su hijo fue asesinado a tiros mientras buscaba ayuda cerca del corredor de Morag.
“Tuve que ir sola a cargar a mi hijo”, expresó, con lágrimas en los ojos. “Recogí los restos de mi hijo como la carne de perros de las calles”.
Agregó: “El mundo entero está mirando. Están observando nuestra paciencia, nuestra fuerza y nuestra fe en Dios. Pero ya no podemos soportar más”.