Por WILL WEISSERT
EDIMBURGO, Escocia (AP) — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se reunió el lunes en uno de sus campos de golf escoceses con el primer ministro británico, Keir Starmer , quien lo presionó para que Estados Unidos asuma un papel más importante para ayudar a calmar una creciente crisis alimentaria en Gaza en medio de la guerra en curso de Israel con Hamas en el territorio.
Starmer y su esposa, Victoria, llegaron al campo de golf Turnberry de Trump, en la costa sur, y el presidente republicano conversó con ellos durante varios minutos, señalando con orgullo los aspectos clave de la propiedad.
Pero el primer ministro no esperó a que estuvieran dentro para insistir en que Gaza sería un tema clave en su reunión, calificando lo que ocurre allí de «situación desesperada».
Cuando le preguntaron a Trump si estaba de acuerdo con las declaraciones del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre la exageración de la hambruna masiva en Gaza, respondió: «No lo sé. Es decir, basándome en la televisión, diría que no, sobre todo porque esos niños parecen tener mucha hambre».
Starmer fue mucho más contundente: “Creo que la gente en Gran Bretaña se siente repugnada por lo que ve en sus pantallas”.
Trump dijo que Israel «tiene mucha responsabilidad» por lo que está sucediendo, pero dijo que el país se ve obstaculizado por consideraciones sobre los rehenes restantes que quiere mantener con vida y liberados.
«Creo que Israel puede hacer mucho», dijo Trump, sin ofrecer más información.
Trump tiene varios campos de golf en Escocia
El primer ministro se reunirá con Trump en Turnberry, pero también planea viajar al norte, a las afueras de Aberdeen, donde la familia del presidente tiene un segundo campo de golf y está organizando la inauguración de un tercero el martes.
Los eventos permiten a Trump intentar cumplir una publicación de su primer mandato en 2019, cuando escribió sobre su propiedad en Turnberry: «Muy orgulloso de quizás el mejor campo de golf del mundo. ¡Además, fortalece la relación con el Reino Unido!».
Es bien sabido que Starmer no es golfista, pero alternar entre los campos de golf escoceses de Trump muestra la enorme influencia que el presidente ejerce sobre las propiedades que llevan su nombre y sobre la capacidad del golf para dar forma a la geopolítica .
Aún así, las conversaciones del lunes también abordaron cuestiones mucho más serias.
El primer ministro quiere la ayuda de Washington para convencer a Israel de que permita más ayuda a Gaza e intentar poner fin a lo que Downing Street llamó “el sufrimiento y el hambre indecibles”, mientras presiona por un alto el fuego.
Gran Bretaña, junto con Francia y Alemania, ha criticado a Israel por «retener la asistencia humanitaria esencial» mientras el hambre se extiende en Gaza.
Durante el fin de semana, Starmer afirmó que Gran Bretaña participará en las iniciativas lideradas por Jordania para el lanzamiento de ayuda aérea tras la flexibilización temporal de las restricciones por parte de Israel.
Pero el secretario de Comercio británico, Jonathan Reynolds, reconoció el lunes que solo Estados Unidos tiene la influencia necesaria para marcar una diferencia real en el conflicto.
Trump habló antes de la reunión con Starmer sobre su deseo de ayudar a los niños hambrientos, pero también se ha quejado repetidamente de que Estados Unidos no recibe el reconocimiento suficiente por organizar la ayuda alimentaria a Gaza en el pasado.
“Nadie dijo ni siquiera gracias”, dijo. “Alguien debería decir gracias”.
También se debaten las cuestiones del Estado palestino y Ucrania
Starmer está bajo presión de sus legisladores del Partido Laborista para que siga el ejemplo de Francia y reconozca un Estado palestino , una medida que tanto Israel como Estados Unidos han condenado.
El líder británico afirma que el Reino Unido apoya la creación de un Estado para los palestinos, pero que esta debe formar parte de un plan más amplio para una solución de dos Estados al conflicto israelí-palestino.
Sin embargo, Trump dijo el lunes sobre la actuación de Starmer: «No me importa que tome una posición».
También en la agenda del lunes están los esfuerzos para promover un posible acuerdo de paz para poner fin a los combates en la guerra de Rusia con Ucrania , particularmente tratando de forzar al presidente ruso Vladimir Putin a sentarse a la mesa de negociaciones dentro de un plazo de 50 días que Trump estableció a principios de este mes.
Trump dijo antes de la reunión con Starmer que trabajaría para reducir los “50 días a un número menor” e instó a Rusia a aceptar un acuerdo.
En el pasado, Trump criticó duramente al presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, por no expresar públicamente suficiente gratitud hacia el apoyo estadounidense a su país, y ahora adopta una postura similar con respecto a la ayuda a Gaza.
Sin embargo, el presidente ha cambiado de tono y ha criticado con mayor dureza a Putin y a Rusia en las últimas semanas.
El nuevo campo de golf de Trump , cerca de Aberdeen, abre al público el 13 de agosto y las horas de salida ya están a la venta. El campo apuesta a que una visita presidencial impulse las ventas.
Los manifestantes han planeado una manifestación en Balmedie, cerca del campo de golf de Trump en Aberdeen. Esto sigue a las protestas en toda Escocia el sábado en contra de la visita del presidente mientras jugaba al golf .
Refinando los acuerdos comerciales anteriores
Si bien China respondió inicialmente a las amenazas arancelarias de Trump con la imposición de altos impuestos a las importaciones de productos estadounidenses, desde entonces ha comenzado a negociar para aliviar las tensiones comerciales. Starmer y su país han adoptado una postura mucho más blanda.
Se ha esforzado por trabajar con Trump, adulando al presidente repetidamente durante una visita a la Casa Blanca en febrero y colaborando para anunciar un marco comercial conjunto sobre aranceles para algunos productos clave en mayo.
Starmer y Trump luego firmaron un acuerdo comercial durante la cumbre del G7 en Canadá que liberó al sector aeroespacial del Reino Unido de los aranceles estadounidenses y utilizó cuotas para reducirlas en las industrias relacionadas con el sector automotriz del 25% al 10%, al tiempo que aumentaba la cantidad de carne de res estadounidense que se comprometía a importar.
«El Reino Unido está muy bien protegido. ¿Saben por qué? Porque me gusta; esa es su máxima protección», dijo Trump sobre la política arancelaria estadounidense durante el G7.
Las conversaciones con Starmer se produjeron tras una reunión de Trump el domingo con la directora de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en su curso de Turnberry.
Anunciaron un marco comercial que impondrá aranceles del 15 % a la mayoría de los productos de ambos países, aunque aún quedan pendientes muchos detalles importantes.
El presidente lleva meses criticando los enormes déficits comerciales de Estados Unidos en todo el mundo y considera los aranceles como una forma de intentar eliminarlos rápidamente.
Sin embargo, Estados Unidos registró un superávit comercial de 11.400 millones de dólares con Gran Bretaña el año pasado, lo que significa que exportó más al Reino Unido de lo que importó. Las cifras de la Oficina del Censo de este año indican que el superávit podría aumentar.
Aún persisten problemas comerciales entre Estados Unidos y Gran Bretaña que requieren ajustes. El marco del acuerdo de mayo establecía que el acero británico entraría en Estados Unidos libre de aranceles, pero sigue sujeto a un impuesto del 25%.
El secretario de Negocios del Reino Unido, Jonathan Reynolds, dijo el lunes que “las negociaciones han estado en marcha a diario” y que “hay algunos temas que hay que impulsar un poco más hoy”, aunque minimizó las expectativas de una resolución.
Mientras tanto, el líder de Escocia ha instado a Trump a levantar el arancel actual del 10 % sobre el whisky escocés. El primer ministro, John Swinney, afirmó que la singularidad de esta bebida justificaba una exención.
