La mejora en las expectativas de vida y la productividad podrían beneficiar alargar la edad de retiro, analizan expertos.
El retiro es una de las épocas más deseadas de un trabajador tras décadas de trabajo. Sin embargo, la realidad en la República Dominicana y en América Latina es que este ahorro, además de ser inconsistente, ya sea por la informalidad o el desempleo, es bajo.
Debido a estos y otros factores, se estima que apenas el 20 % de los cotizantes activos logrará las 360 cotizaciones requeridas por el sistema dominicano para una pensión mínima garantizada ¿Prolongar la edad del retiro para extender el ahorro podría ser una alternativa?
El economista sénior en Protección Social del Banco Mundial, Ignacio Apella, considera que sí. Sabe que es una medida controvertida para los trabajadores, pero la considera viable debido a que la calidad de vida ha aumentado, un factor positivo porque implica que cada vez hay personas con una mayor capacidad productiva de trabajo.
«Hoy no se es viejo a los 60, ni a los 65. Aún hay gente con capacidad, con calificación y con habilidades que pueden aportar a la economía. Yo discutiría la edad del retiro desde ese punto de vista», arguyó.

En esto coincide el secretario general de la Conferencia Interamericana de Seguridad Social (CISS), Pedro Kumamoto quien reconoce, no obstante, que los gobiernos deben garantizar beneficios y condiciones de trabajo que incentiven a las personas a permanecer más tiempo ahorrando para mejorar la suficiencia de sus pensiones.
«Esta cifra, de un 80 % que no alcanzaría las 360 cotizaciones es un problema para toda la sociedad de República Dominicana (…) lo que tenemos que voltear no es a decirles (a los trabajadores) que el problema no es de ellos porque no cotizaron a tiempo, sino más bien, cómo adaptamos el sistema a una realidad tangible» manifestó.
Considera que esto puede ser un punto a tomar en cuenta en el contexto local, debido a que el sistema de pensiones se promulgó en el 2003 pensando en que las personas tendrían un promedio de vida de poco menos de 65 años lo que, hoy día, se han prolongado las expectativas de vida hasta los 80 años.
Tanto Kumamoto como Apella compartieron sus experiencias y puntos de vista en el conversatorio «nuevas tendencias en pensiones», organizado por la Superintendencia de Pensiones (Sipen).
Para Kumamoto, las mejoras al sistema de pensiones dominicano deben responder al contexto, las necesidades, la cultura y la visión que tienen los trabajadores dominicanos al respecto del retiro.
«Son los pueblos quienes tienen que determinar cuál es la edad de retiro, pero tienen que hacerlo pensando en qué tan sostenible es ese mecanismo, porque la edad nos va a dar la cantidad de recursos que tenemos que invertir, y por lo tanto, la cantidad de tiempo que tenemos que estar cotizando», precisó.
Explicó que las pensiones no se garantizan a través de una única propuesta, sino que se debe impulsar la transparencia a los ahorrantes, la claridad de dónde van esas inversiones, y la conformación de una comisión técnica, con representación popular, que determine qué esquemas de incentivos se pueden impulsar para la permanencia en el sistema y hasta qué edad mantener la cotización activa.