Por THOMAS BEAUMONT y JILL COLVIN
WASHINGTON (AP) — Los republicanos están encontrando dolores de cabeza al comienzo de las carreras al Senado, consideradas cruciales para mantener la mayoría del partido en las elecciones intermedias del próximo año, con fracasos en el reclutamiento, primarias abiertas, luchas internas y un presidente que ha estado al margen.
Los demócratas aún enfrentan una batalla cuesta arriba. Necesitan conseguir cuatro escaños para recuperar la mayoría, y la mayoría de las contiendas de 2026 se disputan en estados que el presidente republicano Donald Trump ganó con facilidad el pasado noviembre.
Pero los demócratas ven motivos de esperanza en los desafíos republicanos. Entre ellos se incluyen unas primarias difíciles en Texas que podrían poner en peligro un escaño que los republicanos han ocupado durante décadas.
En Carolina del Norte y Georgia, el Partido Republicano aún carece de un campo de candidatos definido. La influencia de Trump aumenta la incertidumbre mientras decide si usará su influyente apoyo para evitar disputas internas.

Los republicanos subrayan que aún es temprano en el ciclo electoral y dicen que aún hay mucho tiempo para que los candidatos se establezcan y Trump se involucre. El presidente, dijo el director político de la Casa Blanca, James Blair, ha estado trabajando estrechamente con el líder de la mayoría del Senado, John Thune, RS.D.
«No me adelantaré al presidente, pero mire, él y el líder Thune han estado muy alineados. Espero que estén alineados y colaboren estrechamente», dijo.
Según sus aliados, el timing elegido por Trump también refleja su enfoque mucho más disciplinado y su estrategia política, decidida a que los republicanos ganen escaños tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.