POR HOWARD FENDRICH
PARÍS (AP) — La primera ovación de pie de los aficionados a Rafael Nadal se produjo cuando ni siquiera estaba en su presencia, sino que sólo se mostró una imagen en una pantalla de video mientras esperaba en un pasillo del estadio para salir a la cancha utilizada para los Juegos Olímpicos de París y el Abierto de Francia, un torneo que él convirtió en su dominio.
Se mantuvieron de pie, algunos aplaudiendo, otros alzando sus teléfonos para capturar imágenes del momento en que apareció y pisó la arcilla roja que tanto le resulta familiar. Los cánticos de “¡Ra-fa! ¡Ra-fa!” sonaron en varios momentos, y muchas banderas españolas rojas y amarillas ondearon en las gradas, mientras Nadal vencía al húngaro Marton Fucsovics por 6-1, 4-6, 6-4 en la primera ronda el domingo para preparar un gran enfrentamiento contra su rival Novak Djokovic en los Juegos de Verano.
“Siempre ha sido súper especial jugar contra Novak, ¿no? No hay duda de eso. Pero la diferencia es que normalmente hemos estado jugando por finales o semifinales. Esto”, dijo Nadal, de 38 años, riéndose, “es una segunda ronda”.
El partido del lunes por la tarde, programado para ser el segundo del día en la cancha Philippe Chatrier, será el enfrentamiento número 60 entre este par de grandes, más que cualquier otro par de hombres que se hayan enfrentado en la era Open de este deporte, que comenzó en 1968.
Djokovic, un serbio de 37 años, lidera la serie de enfrentamientos directos 30-29, y sus 24 títulos de Grand Slam lo convierten en el único hombre en la historia del tenis con más que los 22 de Nadal.
Djokovic se operó la rodilla en junio después de romperse el menisco durante el Abierto de Francia a principios de junio, pero se recuperó rápidamente -y bien- lo suficiente como para llegar a la final de Wimbledon hace dos semanas antes de perder contra Carlos Alcaraz.
Nadal, por su parte, ha lidiado con una serie de lesiones en las últimas dos temporadas, incluida una cirugía de cadera en 2023, y su muslo derecho fue vendado el domingo. Tuvo que ser tratado un dedo de su mano derecha por un entrenador en el tercer set contra Fucsovics.
“En cada partido que jugué contra Novak, casi en cada partido, llegué con una situación diferente a la que tengo hoy. Así que eso hace que el partido sea más difícil para mí. Y más impredecible”, dijo Nadal. “Pero siempre tengo esperanza, siempre creo y voy a dar lo mejor de mí”.
Nadal tomó la decisión de último minuto de permanecer en el cuadro de individuales, un día después de ganar en dobles con su compañero Alcaraz y dijo que no estaba seguro de si participaría en ambos eventos.
“Siempre es increíble cuando juegan entre ellos”, dijo Stan Wawrinka, cuyos tres títulos de Grand Slam llegaron a través de victorias contra Nadal o Djokovic en las finales. “Dos leyendas del deporte. Será especial, eso seguro”.
Nadal no solo jugó el domingo, sino que, en algunos tramos, particularmente al principio y en los momentos decisivos de la recta final, jugó como una versión de sí mismo que todos están acostumbrados a ver: la estrella veloz, deslizante y gruñona que posee 22 trofeos de Grand Slam en total y ganó medallas de oro olímpicas para España en individuales en 2008 y dobles en 2016.
Y al público le encantó.
“Su espíritu de lucha está en su mejor nivel, todavía”, dijo Fucsovics. “No está en su mejor nivel (de) juego. Pero si tiene un buen día, puede vencer a cualquiera”.
Por supuesto, no había forma de saber desde el principio si este podría ser el último partido de individuales de Nadal en estos Juegos Olímpicos… o en este estadio que ha significado tanto para su carrera (y viceversa) … o, de hecho, en cualquier lugar. Últimamente ha sido bastante tímido en cuanto al tema de su retiro, incluso después de decir en 2023 que pensaba que 2024 sería su último año.
“Por supuesto que sé que tal vez sea la última vez que juegue aquí. Tal vez no”, dijo Nadal encogiéndose de hombros. “No puedo confirmarlo porque no lo sé”.
Después de pasar por una sesión de práctica matutina para probar su estado físico, tomó la decisión de jugar, aproximadamente 18 horas y media después de que Nadal y Alcaraz, la pareja de superestrellas del tenis español de antaño y nueva, ganaran el primer partido que han jugado juntos como equipo de dobles.
Cuando Nadal y Fucsovics comenzaron a calentar bajo un cielo azul con un toque de brisa, hubo gritos de “¡Ole!”. Los espectadores se levantaron de sus asientos cuando Nadal se puso 3-0 arriba después de sólo 13 minutos de partido y se llevó el primer set contra un Fucsovics de 32 años que ocupa el puesto 83 del ranking.
Nadal dijo que se sentía querido por los aficionados.
Y no parecía alguien dispuesto a rendirse, en absoluto, particularmente al principio del partido. En el segundo juego, Nadal corrió y luego se deslizó para lanzar un revés cruzado punzante que le permitió ganar un punto y provocó algunos jadeos en el público.
Eso, realmente, es lo que se sentía: un público fascinado por ver y apreciar la actuación de alguien cuya obra es tan conocida. La incansable persecución de cada pelota. El látigo de un golpe de derecha zurdo con una pose final por encima de su cabeza. Los gruñidos de esfuerzo que marcan tantos golpes de raqueta.
Después de que Nadal ganara el primer set, las cosas se ralentizaron un poco para él. De repente, fue Fucsovics quien dictaba los intercambios desde la línea de fondo, especialmente con su propio golpe de derecha potente.
Finalmente, para sorpresa de nadie, la memoria muscular entró en acción en Nadal. Al poco tiempo, Nadal conectó un último golpe ganador de derecha y luego levantó ambos brazos con los puños cerrados.
Ahora le espera una tarea más difícil contra Djokovic, una que seguramente atraerá mucha atención.
“Fue una buena prueba”, dijo Nadal sobre superar a Fucsovics en dos horas y media. “Y lo bueno es que pude jugar a un buen nivel de tenis durante un tiempo. Eso siempre da esperanza”.
