LLamado. Monseñor Durán Tineo hizo una llamado a la unidad y dijo que la iglesia aspira a que se continúe fomentando un Estado de asistencia y aboga por una patria donde haya justicia social.
ADRIANA FORTUNA, ASHLEY MARTÍNEZ
Ayer la Iglesia católica abogó para que la reforma fiscal que se está gestando no maltrate a los más necesitados y no favorezca a los privilegiados, sino que contribuya a una distribución más equitativa de la riqueza.
“Confiamos y oramos para que la necesaria reforma fiscal que ya se ha anunciado contribuya no a favorecer a los que más tienen ni a los grupos de influencia y poder, sino a los más pobres.
Esperamos que contribuya a una más justa distribución de las riquezas, integrando una mejora sustancial en los salarios y el sistema de seguridad social y de salud”, dijo monseñor José Amable Durán Tineo.
Durán Tineo envió el mensaje en la homilía de la solemnidad de Corpus Christi, celebrada por la Arquidiócesis de Santo Domingo, y presidida por el arzobispo metropolitano monseñor Francisco Ozoria Acosta.
Durante la homilía, Durán Tineo, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo y vicario episcopal de la vicaría Santo Domingo Norte, instó a la comunidad católica a reflexionar sobre el papel de la iglesia en la sociedad actual.
Ayer la Iglesia católica abogó para que la reforma fiscal que se está gestando no maltrate a los más necesitados y no favorezca a los privilegiados, sino que contribuya a una distribución más equitativa de la riqueza.
Ayer la Iglesia católica abogó para que la reforma fiscal que se está gestando no maltrate a los más necesitados y no favorezca a los privilegiados.
También abordó temas como los pasados comicio. Dijo que el porcentaje de abstención en las últimas elecciones evidencia que la política está en descrédito. El porcentaje de quienes se abstuvieron fue de 45.68 el pasado 19 de mayo.
“Las razones las conocemos: histórica corrupción administrativa, compra de votos, faltan altos ideales, transfuguismo, ambición de poder, ineficiencia de algunos políticos, ideología de turno”, expresó.
El obispo no dejó de lado la importancia de la asistencia social, pero abogó por un enfoque que trascienda el asistencialismo.
“No aspiramos a continuar fomentando un Estado de asistencia asistencialista (…), abogamos por una patria donde haya justicia social, porque solo ella garantiza la paz y el bienestar para todos”, manifestó frente a miles de católicos que acudieron a la celebración.
En un llamado a la unidad y la fraternidad, monseñor Durán Tineo concluyó exhortando a la comunidad a trabajar por una nación donde reine la igualdad y la libertad, basada en el reconocimiento de nuestra común humanidad.
“Queremos una nación donde haya igualdad y libertad, pero no desde el individualismo, sino desde la fraternidad”, subrayó.
Corpus Christi, una celebración católica que de acuerdo a una antigua tradición teológica, surge cuando en 1208 la religiosa Juliana de Cornillon promovió la idea de celebrar una festividad en honor al cuerpo y la sangre de Cristo.
La práctica se celebra 60 días después del Domingo de Resurrección, y en este día se venera la institución de la eucaristía por Jesús el Jueves Santo, cuando convirtió el pan y el vino en su cuerpo y sangre e invitó a comulgar de él.
La tradición católica establece que durante este día se realizan diferentes procesiones en lugares públicos.
EN SANTIAGO
Cientos de feligreses de la iglesia Católica en Santiago celebraron la solemnidad del Corpus Christi, la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo en la Eucaristía, iniciando con una procesión que partió desde la Catedral Santiago Apóstol hacia el Estadio Cibao, donde fue celebrada la misa.
La celebración eucarística fue presidida por el presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano y Arzobispo Metropolitano de la Arquidiócesis de Santiago, monseñor Héctor Rafael Rodríguez Rodríguez, en compañía de Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio y decenas de sacerdotes de las diferentes zonas pastorales.
En su homilía, monseñor Rodríguez, habló de la solemnidad de Corpus Christi y enfatizó en la importancia de vivir coherentemente este sacramento del amor y la solidaridad, haciendo un llamado de atención a los “abusos” que comete la gente, incluyéndose, dentro de la iglesia.
“La Iglesia siempre ha protegido con sumo cuidado la celebración de la Eucaristía frente a determinados abusos que cometemos nosotros mismos {…} ahora bien, no nos quedemos protegiendo la forma, la manera, el rito, vamos a proteger el fondo que es Jesús presente en ese sacramento.
Porque a veces protegemos la forma, pero en el fondo nuestra práctica nuestra vida cristiana, deja mucho que desear”, comenzó reflexionando.
“Es contradictorio, es abusivo de parte nuestra comulgar con Cristo ritualmente en la más recogida intimidad y no preocuparnos durante la semana de comulgar con los hermanos de mi familia con mis vecinos que yo voy a la misa”, prosiguió.
El prelado estableció que “adorar a Cristo en la Eucaristía no es tan sencillo, ya que nos compromete de arriba abajo, compromete nuestras actitudes, compromete nuestro trabajo, nuestra manera de ser, compromete nuestra fe”.
Por lo que, “también es contradictorio y abusivo compartir el pan eucarístico ignorando el hambre de millones de seres humanos privados de pan de justicia y dignidad. Este es el sacramento de la solidaridad y si yo comulgo y me sacio espiritualmente, yo tengo que preocuparme por aquellos hambrientos de nuestra sociedad”.
“Es contradictorio y abusivo celebrar correctamente el memorial del Crucificado y seguir insensibles ante los crucificados que prolongan hoy la Pasión de Jesucristo. Es contradictorio y abusivo celebrar el sacramento del amor y aquí adentro comulgando con personas en mi corazón, que digo no los perdono”, enfatizó el arzobispo.
Reflexionó sobre lo “contradictorio totalmente y es un abuso celebrar el sacramento del amor y no hacer nada más por suprimir nuestros egoísmos individuales y colectivos, nuestra apatía ante situaciones de injusticia y olvido de los más desvalidos.
También es abusivo escuchar la Palabra de Dios y no oír los gritos de los hijos de Dios más necesitados y sufrientes”.
“Es una comedia darnos sonrientes la paz, y aplaudir las guerras, la violencia, los resentimientos, los odios y las actitudes de exclusión en nuestras familias, en nuestra sociedad, en nuestro mundo”, expresó Monseñor.
Distintas autoridades de la provincia de Santiago, como Ulises Rodríguez, Alcalde del municipio de Santiago de los Caballeros y su esposa, Rosa Santos, gobernadora provincial, Daniel Rivera, Senador electo por la provincia, el General Juan Batista Jiménez, director regional de la Policía Nacional, Andrés Cueto, director general de Edenorte, hicieron acto de presencia en la misa celebrada en el Estadio Cibao.
El trayecto de la caminata estuvo animado por distintos vehículos con música alusiva a la fiesta de Corpus Christi y la celebración eucarística por el Coro Arquidiocesano de Santiago.