BALTIMORE, MARYLAND, EEUU — Mientras las cuadrillas continuaban la complicada y meticulosa operación de retirar el acero y el concreto del puente Francis Scott Key que se desplomó en Baltimore, algunos cerca del sitio se tomaron un tiempo el domingo de Pascua para reflexionar sobre los seis trabajadores que fallecieron.
El reverendo Ako Walker dio una misa en español en el Sagrado Corazón de Jesús, a unos 8 kilómetros (5 millas) del río Patapsco, donde el martes en la madrugada un buque de carga chocó contra un pilar del puente, ocasionando que se derrumbara.
“Sí, podemos reconstruir un puente, pero tenemos que analizar la forma en que se trata a los trabajadores migrantes y cuál es la mejor manera de mejorar su situación cuando llegan a Estados Unidos”, dijo Walker sobre los hombres que eran de México, Guatemala, Honduras y El Salvador y estaban tapando baches.