Por décadas, los que rondamos los sesenta años de vida terrenal, hemos presenciado los dolorosos hechos producidos por los fuegos artificiales, sobre todo en época de Navidad y víspera de la llegada de un nuevo año.
De ahí, nuestra advertencia, Cuidado con los fuegos artificiales, sobre todo, aquellos que se fabrican en la clandestinidad y se comercializan libremente en pulperías, colmados y otros establecimientos, cómo se estuvieran registrados legalmente.
Éstos fuegos han cegado decenas de vidas útiles a destiempo, y han cercenado órganos vitales de personas, que les han dificultado vivir con normalidad hasta el resto de su existencia.
Ante las experiencias vividas por una parte importante de la población dominicana, se hace necesario, que las autoridades competentes procedan a incautar, antes de que se produzcan hechos que traigan luto, dolor, llantos y tristeza a familias dominicanas.
Las autoridades están llamadas a no ignorar está realidad, ya que de hacerlo, estarían en contubernio con los fabricantes y comercializadores en la producción de muertes y lesionados.
Éste mal con tiempo tiene cura. Evitemos tener desenlaces fatales en navidad y año nuevo.
La adversidad está dirigida a las autoridades gubernamentales.
