Por Perfecto Rosario
Patrulla de la Policía un Nacional desconsideran al ex miembro de la Cámara de Cuenta u ex gobernador de la provincia de La Vega, Alfredo Cruz Polanco y a un hijo suyo cuando regresaban desde Santo Domingo por la Autopista Duarte a los cuales le hicieron pasar momentos difíciles.
El también ex diputado al congreso Nacional califico como un atropello de mal gusta contra él y su hijo por parte de los agentes policiales. Afirmó que todos los que conocen mi trayectoria política, pública y privada de más de 50 años, saben que siempre he sido una persona correcta, prudente, comedida, decente, tolerante y respetuosa de la ley, que cumplo con todos mis deberes de ciudadano para poder exigir los derechos que me corresponden.
Desgraciadamente, el pasado martes a eso de las 5 de la tarde, cuando mi hijo Pablo Alfredo y yo regresábamos desde Santo Domingo hacia La Vega por la Autopista Duarte, próximo a Manoguayabo, en el vehículo de su propiedad, marca Toyota Hilux, fuimos víctimas de una gran desconsideración, abuso, ultraje, humillación, agresión, atropello, irrespeto, ofensa y vejámenes, por una patrulla motorizada, compuesta por cuatro agentes de la Policía Nacional, la cual nos ordenó detener, nos detuvimos de inmediato a la derecha de la vía.
Los cuatro agentes, como perros rabiosos nos preguntan si somos militares y si portamos armas de fuego. Les respondemos que no, nos piden los documentos de identificación y que saliéramos del vehículo.
Alfredo Cruz, indicó que les preguntamos cuál era la razón, que no hemos cometido ninguna infracción a la ley ni delito alguno. De manera agresiva nos responde uno de ellos que quieren requisar nuestro vehículo y que el reglamento de la Policía lo faculta
Les decimos que esas no son sus funciones y mucho menos sin la presencia de un fiscal, que su rol es proteger a la ciudadanía y enfrentar la delincuencia, no las de molestar ni maltratar a ciudadanos correctos y de trabajo que conducen correctamente, que es muy penoso que habiendo por doquier tantas violaciones a las leyes, tantos actos delincuenciales, ellos se ocupen de detener y humillar a ciudadanos indefensos sin causas algunas.
Me identifico y les mostramos todos nuestros documentos, explicándole que quien me acompaña es mi hijo, que es ingeniero, que venimos de realizar un trabajo, así como de las funciones que he ocupado en el Estado dominicano, como es la de Gobernador de La Vega, diputado, miembro de la Cámara de Cuentas de la República, Embajador ante la Cancillería, miembro del Parlamento Centroamericano, entre otras, por lo que una persona con ese arraigo acumulado no puede ser un delincuente ni un traficante, que es el tratamiento que ustedes nos están dando.
Además, los delincuentes no andan identificados y son conocidos por la policía, nosotros no tenemos aspectos de delincuentes, que nos daba pena que en un país con tantos delincuentes, ellos se dediquen a molestar y a detener a ciudadanos decentes y de trabajo. Ninguno de esos argumentos fueron tomados en cuenta, aun así penetraron al vehículo, lo ultrajaron, removieron y violentaron todo en su interior y solo encontraron herramientas e instrumentos de ingeniería.
Les expliqué que siempre he sido un colaborador con la Policía Nacional, que he tenido a mis servicios oficiales de la institución y a todos le he brindado un trato decente, humano y los he ayudado, que con esa actitud se le hace un flaco servicio a la tan deteriorada imagen de esa institución del orden público, en un momento en que se está aplicando una reforma policial, aumentado la desconfianza, la falta de credibilidad y el temor, pues se asemeja a cómo actúa la delincuencia, y en un país donde los ciudadanos no creen en las autoridades policiales, es una sociedad que va por un camino equivocado.
En medio de la gran indignación que este hecho me ha causado, condeno enérgicamente el irrespeto, maltrato, abuso, vejamen y la desconsideración, que por primera vez en mi vida, he sido objeto por parte de una patrulla de la Policía Nacional, conformada por sujetos enemigos de la institución, con fines desconocidos e inescrupulosos, contrarios a la constitución de la República, en total violación a los derechos civiles, humanos y al libre tránsito de los ciudadanos. Ojalá que esto no vuelva a repetirse nunca jamás.