SANTO DOMINGO.-. La Asociación de Instituciones Rurales de Ahorro y Crédito (AIRAC), indicó que el impacto solidario que generan las cooperativas al sector económico y social fortalece e impulsa el desarrollo sostenible de las comunidades y la base asociativa a la que sirve.
Así lo afirma el presidente de AIRAC, Alfredo Dorrejo, al expresar que “la gestión de las cooperativas implica la existencia de una voluntad empresarial de accionar y apoyar integralmente a los asociados, sus comunidades, y que eso genere un impacto positivo al país”.
“Ese concepto de integridad consiste en la rendición de cuentas sobre aportes que una empresa cooperativa brinda al modelo de desarrollo sostenible de un país y de las comunidades y la base asociativa a la que sirve”, aseguró Dorrejo.
Desde la perspectiva de la experta en administración pública y cooperativa, Grace Badilla, “se debe encontrar un punto medio entre balance social e impacto solidario, ya que ese equilibrio es lo que nos hace diferentes y agrega valor a los asociados”.
“En la actualidad nuestros países requieren que las entidades financieras sean parte activa del proceso de las finanzas solidarias como complemento de las políticas estatales de desarrollo sostenible, esto es que hoy las mismas directrices regulatorias y estándares de supervisión deben proponer reglas sobre aspectos que, en materia ambiental, sociales y de gobernanza, los regulados requieren cumplir”, afirmó Badilla.
Agregó que “citando el caso de Costa Rica, donde la cantidad de habitantes asociados a las cooperativas compone el 70% del sector cooperativista de ahorro y crédito del país, 601,3 mil asociados, que corresponden al 28,60% de la Población Económicamente Activa (PEA), 10% de las acciones financieras está en manos de las cooperativas, así como el 30% de los fondos de vivienda”.
“El 11.1% de la base asociativa es beneficiada con reservas de bienestar social. Un 10,7% del presupuesto anual asignado a la capacitación y formación (formando a 61,000 personas anualmente), logrando con esto el incremento de ahorro en las personas, para mejorar la calidad de vida”, concluyó Badilla.
Puntualizó que el impacto solidario permite a la sociedad femenina acceder a las cooperativas, dándoles mejores oportunidades para acceder a empleos, impulsar su economía y proveyéndoles independencia económica.
Además, explicó que las cooperativas de ahorro y crédito presentan la menor brecha crediticia, pues de cada 100 hombres, 79 mujeres reciben un crédito. Son el sector en el que el promedio de sueldos de las mujeres es mayor que el de los hombres y el 51% de los asociados son mujeres.