domingo, diciembre 22, 2024
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    Calidad y seguridad del paciente: factores claves en la atención de un centro de salud

    Ubicar al paciente como centro de las actividades asistenciales y de soporte debe estar representado en los niveles de prestación de servicio de un centro.

    Santo Domingo: – Los estándares de Calidad y Seguridad del paciente en una organización sanitaria son la base para la elaboración e implementación de un sistema de gestión de calidad, el cual contiene indicadores y otras herramientas de gestión que garanticen una práctica homogénea, centrada en el paciente y basada en la evidencia y experiencia, así lo contemplan en el Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (CEMDOE).

    Se entiende como estándares la definición de un nivel esperado de prestación de servicio para asistencia clínica, que surge a partir de las buenas prácticas y lecciones aprendidas del mercado a nivel general y tomadas por quien adopta dicho estándar, para aplicar de forma particular.

    Para CEMDOE es de vital importancia brindar el más elevado estándar posible en su servicio de salud, considerando el enfoque en la calidad como un pilar de su estrategia de servicios.

    CEMDOE cuenta con programas, planes y políticas orientadas a garantizar un entorno asistencial seguro para los pacientes, sus familias y los trabajadores de la salud.

    Protocolos médicos con los más altos parámetros nacionales, avalados por el Ministerio de Salud Pública de la República Dominicana. Con un sistema de gestión de Calidad y Seguridad integral, basado en los estándares internacionales avalados por la Joint Commission International.

    En torno al 17 de septiembre, Día Mundial de la Seguridad del Paciente, la Organización Mundial de la Salud este año busca empoderar a pacientes y familiares para que participen activamente en el uso seguro de los medicamentos, con el lema Medicación sin daño.

    Implementar un programa de calidad y seguridad de forma exitosa en el sistema de salud propicia, sin limitarse, los siguientes beneficios para el paciente y su familia: un trato digno, tratamientos adecuados y resolución de los problemas de salud a partir de servicios de calidad apropiados desde el punto de vista científico y médico.

    Asimismo, mejora e incrementa la disponibilidad de los servicios de salud, así como de programas específicos dirigidos a atender la comunidad, familia y personas, de acuerdo con el perfil de salud y prioridades vigentes.

    Los actores de la cadena de valor del sistema de salud también se ven beneficiados en los siguientes aspectos: eficiencia en el uso de recursos, por lo que se evitan desperdicios que sobrecargan el sistema de costos innecesarios. Retroalimentación positiva para la definición de buenas prácticas de cara a mejorar los estándares nacionales e internacionales y se eleva el nivel de calidad en otros prestadores.

    Asimismo, fomenta la generación de información y jurisprudencia para tomar decisiones de gestión más asertivas. Mejora la confiabilidad de los médicos y los demás profesionales de la salud en la organización, ya que la ven como un aliado para garantizar resultados y desenlaces positivos a sus pacientes, familiares y aseguradores.

    Ubicar al paciente como centro de las actividades asistenciales y de soporte debe estar representado en los tres niveles de prestación de servicio de un centro, como es el caso de CEMDOE.

    En lo físico, considerando instalaciones, infraestructura y equipamiento. En el aspecto procesal, desde el recorrido del paciente por el centro y hasta cada uno de los procesos de soporte, y en la parte de gestión y cultural, está enfocada en minimizar los riesgos de la atención en salud.

    La gestión continua y centrada del paciente debe ser integral y el punto de partida para definir un servicio a brindar. Hacerlo desde los orígenes permite una alineación y coherencia entre los niveles anteriores que, de no hacerlo, se traducirá en inconsistencias o defectos operacionales.

    Todo proceso o servicio que no haya sido realizado tomando en cuenta estándares que cubran las necesidades del paciente y los niveles de calidad esperados tienen como consecuencia un precio, denominado el costo de la mala calidad.

    “Es por esta razón que en términos prácticos y hasta económicos se deben realizar esfuerzos para desarrollar prácticas que desde sus inicios aseguren la excelencia en los servicios prestados.

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