El presidente colombiano sostiene que con ese combate ha aparecido en la región una realidad que rompe cada vez más completamente la estructura de derechos humanos de las sociedades que la conforman y genera violencia.
COLOMBIA, RT.-. El presidente de Colombia, Gustavo Petro, está convencido de que la guerra contra las drogas en su país ha sido un fracaso, según lo declaró durante la XXII Reunión del Consejo Presidencial Andino, celebrada este lunes en Lima (Perú).
El mandatario explicó que en las últimas décadas ha aparecido así en la región una realidad que rompe cada vez más completamente la estructura de derechos humanos de las sociedades que la conforman, que desestabiliza las instituciones, que carcome la democracia y que genera violencia.
«Si uno pone en un mapa de América las ciudades más violentas, trazan el recorrido de la exportación de cocaína», explicó. «No es una paradoja que tengamos, a pesar de que las guerras existen en otras partes del mundo, las ciudades más violentas del planeta», añadió.
Asimismo, indicó que este problema convierte a la región en una de las más violentas del mundo, lo que —en su opinión— está relacionado con un fracaso. «Hemos fracasado en los últimos 50 años en algo que se llamó la guerra contra las drogas», aseveró, en referencia a una política impulsada por el gobierno de EE.UU.
«Abismo violento»
Petro detalló que el balance de esta situación incluye un millón de latinoamericanos muertos, la mayoría de ellos colombianos, pero cada vez más mexicanos y centroamericanos. Además, hay millones de personas de Norteamérica y Latinoamérica que están en la cárcel por ello.
«Las estadísticas en Estados Unidos hablan —después de 50 años de guerra contra las drogas— de que 70.000 personas mueren cada año por sobredosis de otras drogas, a las cuales no se les hizo la guerra: el fentanillo» (un narcótico sintético opioide), continuó.
Por ello, el jefe de Estado estima necesario que la Comunidad Andina convoque una conferencia de países latinoamericanos para discutir y evaluar la política de drogas, teniendo en cuenta las estadísticas, para ver si «conduce a algún puerto o si, al contrario, nos está hundiendo en el fondo de un abismo violento, sanguinolento, antidemocrático».