MÉXICO — Varios miles de adultos, menores y familias completas de migrantes avanzaban este día de Navidad a pie por las carreteras del sur de México con la aspiración de que las autoridades mexicanas les permitan llegar hasta la frontera con Estados Unidos.
El grupo, unas 6.000 personas de diferentes nacionalidades pero la mayoría centroamericanos, venezolanos o cubanos, partieron el domingo de Tapachula, casi en la frontera con Guatemala, en la que constituye la mayor caravana formada este año.
Tiene lugar en vísperas de que una delegación de alto nivel de Estados Unidos llegue a México para acordar con el presidente Andrés Manuel López Obrador nuevas medidas para controlar el creciente flujo de migrantes por la región.
La hondureña Mariela Amaya, que viajaba con su hijo de 7 años, lamentó que los gobiernos de los países vecinos pretendan endurecer las políticas en lugar de ayudarlos a tener una mejor vida. “No comprenden que uno tiene necesidad de salir adelante».
«¿Por qué no nos pueden ayudar, dar la mano? Necesitamos apoyo de ellos”, expresó mientras caminaba bajo un sofocante calor casi tirando del niño.
La policía local y la Guardia Nacional seguían el contingente sin intervenir. En un punto, una familia de la zona se apostó sobre la carretera para regalar tamales y agua.
La formación de estos grupos ha sido constante en los últimos años ante la lentitud de los procesos de regulación migratoria en Tapachula y a la falta de recursos, opciones de vida digna y de trabajo para que los extranjeros puedan costearse la espera de documentos en esa ciudad.