MADRID, (EUROPA PRESS) – La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) teme que el próximo invierno será «uno de los más crueles» en la historia reciente de Siria ante los cortes de suministro de combustible y electricidad que pondrán en peligro a casi la mitad de la población del país.
La OCHA teme que seis millones de sirios (dentro de una población total de 14,6 millones) necesitarán de ayuda para aguantar el invierno, un 33 por ciento más respecto al año pasado, especialmente en las zonas más elevadas del país, como la campiña de Damasco o las inmediaciones de Latakia, escenario de heladas durante los meses invernales.
Allí residen comunidades vulnerables de desplazados en campos de asentamiento, escenario en los meses invernales de incendios por el mal uso de los aparatos de calefacción.
También por las fechas invernales la OCHA registra un aumento de las enfermedades respiratorias, cuya atención se ve impedida por los cortes en las carreteras que bloquean el acceso a los servicios básicos de atención médica.
A ello hay que añadir, este año, un deterioro particular de las condiciones socioeconómicas por el desplome de la libra siria y la crisis energética mundial que ha desembocado en un racionamiento del suministro eléctrico, subida del combustible o cortes energéticos, y el aumento generalizado de los bienes esenciales.

Todo esto ocurre en un país donde cientos de miles de personas viven con solo una hora de electricidad al día y necesitadas urgentemente de paquetes de emergencia para sobrevivir al invierno.