El primero, Juan Bosch, de la democracia incipiente con la Constitución del 1963.
El segundo, Leonel Fernández, de la democracia moderna con su Constitución del 2010.
Ambas constituciones se constituyeron en referentes históricos por su profundidad y su trascendencia en términos de desarrollo institucional y de garantía de derechos fundamentales.
Además, por su dimensión social en procura de una sociedad más justa y más próspera para todos sus conciudadanos.
Representan el padre político y el hijo político de un pensamiento político: El Boschismo.

De ahí, que Don Juan no se equivocó al afirmar que Leonel era una mina de oro en lo político por su gran capacidad, su inteligencia y su visión en los órdenes básicos de una sociedad.
Por tanto, el maestro no erró en relación a su discípulo más aventajado.
Por sus frutos os conoceréis, como dice la leyenda bíblica.
Por eso, el pueblo dominicano reclama por necesidad nacional el retorno de Leonel para dirigir los destinos nacionales.
LEONEL PRESIDENTE 2024.