BlackRock, a través de su fondo GIP, está en conversaciones avanzadas para adquirir la eléctrica AES en una operación que incluiría deuda por más de $38.000 millones.
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Por Evelyn Alas
La empresa estadounidense BlackRock, considerada la gestora de activos más grande del mundo y con sede en Nueva York, mediante su brazo de infraestructura Global Infrastructure Partners (GIP), está negociando la adquisición de la empresa eléctrica norteamericana AES Corp. por un monto que supera los 38 mil millones de dólares, incluyendo deuda, según fuentes citadas por el Financial Times.
AES Corp. tiene operaciones en 12 países, incluido El Salvador; en su sitio web para nuestro país, la compañía detalla que «actualmente, a través de AES CAESS atendemos a más de 653 mil clientes en los departamentos de Chalatenango, Cuscatlán, Cabañas y la zona norte de San Salvador.
Además, cubrimos aproximadamente 4,637 km2 para brindar energía a sectores urbanos, comunidades rurales y un gran número de clientes comerciales e industriales del país».

En mayo pasado, la compañía informó en su portal que «con una inversión de US$ 7.3 millones, AES El Salvador puso en marcha su nuevo Centro Integral de Operaciones, una moderna instalación que permitirá monitorear y gestionar de forma eficiente, inteligente y centralizada su red de distribución eléctrica a través de distintas plataformas tecnológicas, beneficiando a los 1.6 millones de clientes de sus empresas AES CAESS, AES CLESA, AES EEO y AES DEUSEM».
Abraham Bichara, Presidente Ejecutivo de AES El Salvador, destacó en esa ocasión «la importancia de esta iniciativa como el inicio de ‘una nueva era digital’ en las operaciones de AES.
‘Hoy no solo inauguramos un nuevo centro, sino que abrimos las puertas a un futuro energético más moderno, integrando tecnología de vanguardia en nuestras operaciones y colocando a nuestros clientes en el centro de todo lo que hacemos’, afirmó.
La pretensión de compra de BlackRock/GIP se da en un contexto de creciente interés por compañías del sector eléctrico, impulsado por la demanda energética asociada al auge de los centros de datos, la inteligencia artificial y la transición hacia energías limpias.
A continuación, te presentamos un panorama estructurado con los elementos clave de esta negociación, el perfil de AES, el posible impacto estratégico y los riesgos involucrados.
Estado de la negociación y estructura financiera propuesta
Las conversaciones entre GIP y AES habrían alcanzado una fase avanzada, aunque no se ha cerrado un acuerdo definitivo. El importe estimado considera no solo el valor de mercado de AES, sino también su deuda neta.
Según los reportes cercanos a la operación, AES tiene una deuda estimada en unos $29,000 millones de dólares, cifra que sería asumida por el comprador como parte de la operación.
La capitalización de mercado de AES en contraste se ubica en torno a $9,400 millones, lo que sugiere que el valor total (enterprise value) de la operación está por encima de los $38,000 millones.
GIP es propiedad de BlackRock desde octubre de 2024, tras una adquisición valorada en $12,500 millones de dólares. Con esto, BlackRock fortalece su plataforma de infraestructura privada con un centro de operaciones global que gestiona activos en múltiples mercados.
Ese antecedente posiciona a GIP como un actor con capacidad técnica, recursos financieros y experiencia en adquisiciones de infraestructura compleja, atributos que podrían favorecer su aspiración de adquirir AES.
Perfil de AES y razones del interés de GIP
AES opera plantas de generación eléctrica y negocios de servicios relacionados, con presencia en Estados Unidos y en más de una docena de países, incluido El Salvador.
En años recientes ha reforzado su participación en proyectos de energía renovable, con parques eólicos, solares e infraestructura de almacenamiento.
AES también ha firmado contratos de suministro eléctrico con gigantes tecnológicos como Microsoft, Meta y Alphabet, en proyectos destinados a alimentar centros de datos.
En 2025, AES estaba explorando alternativas estratégicas, incluido un posible proceso de venta, lo que habría abierto espacio para que fondos como GIP o Brookfield Asset Management analizaran una oferta.
Razones del interés
Demanda energética creciente: La expansión de centros de datos e inteligencia artificial genera un alza en la demanda de electricidad estable y sostenible. AES ya participa como proveedor en ese segmento.
Activos renovables y contratos de largo plazo: Su cartera renovable y acuerdos de abastecimiento permiten una base de ingresos relativamente predecible.
Valuación atractiva: El mercado ha penalizado a AES tras la caída de sus acciones, lo que podría abrir una oportunidad para que un comprador revalúe y reestructure la empresa.
Potenciales implicaciones y retos
Integración y optimización
Un comprador como GIP deberá integrar los activos de generación y distribución de AES, gestionar su deuda y mejorar la eficiencia operativa. También deberá sopesar las sinergias entre AES y otros negocios de infraestructura del portafolio.
Riesgo regulatorio y político
La industria eléctrica es altamente regulada. Cambios en políticas energéticas, reglas de tarifas, incentivos fiscales para renovables o regulaciones ambientales pueden afectar las perspectivas de rentabilidad futura del negocio adquirido.
Cargas de deuda
Asumir casi $29,000 millones de dólares en deuda implica un riesgo financiero significativo. La capacidad de servicio de esa deuda dependerá de la generación de flujos operativos estables y del manejo adecuado de apalancamiento.
Dependencia de proyectos e inversiones futuras
Para mantener competitividad, el negocio debe seguir invirtiendo en generación renovable, almacenamiento y mejoras de red. Los retrasos, sobrecostos o fallas en esos proyectos podrían afectar el retorno esperado.
Permisología y plazos de construcción
Muchos proyectos renovables requieren aprobaciones locales, permisos y cumplimiento ambiental. Los tiempos pueden extenderse más de lo estimado y alterar los calendarios proyectados.
Perspectiva y próximos pasos
El negocio aún no está cerrado. Las partes —GIP/BlackRock y AES— podrían no llegar a un acuerdo definitivo si no se cuadran los términos financieros o las condiciones regulatorias. Si se concreta, esta operación podría convertirse en una de las mayores adquisiciones de infraestructura eléctrica de los últimos años.
Para inversores salvadoreños, latinoamericanos o internacionales interesados en energía, esta operación es un caso relevante de cómo los fondos de infraestructura están aprovechando la transición energética global y las oportunidades en mercados maduros.
Seguiré el tema de cerca, y puedo prepararte un seguimiento focalizado hacia América Latina si te interesa esa conexión.