POR YURI KAGEYAMA and THOMAS ADAMSON
PARÍS (AP) — Desde Tokio hasta Turín, de Taipéi a París, decenas de miles de trabajadores participaron en las marchas del Primero de Mayo, que destacaron la creciente ira por la agresiva agenda arancelaria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y los temores de inestabilidad económica mundial.
En Francia, los líderes sindicales condenaron la “trumpización” de la política mundial. En Italia, los manifestantes pasearon un muñeco que representaba al mandatario republicano por las calles de Turín.
Y en Alemania, los sindicalistas advirtieron que las jornadas laborales extendidas y la retórica contra la inmigración estaban erosionando las protecciones laborales que tanto costó conseguir.
El feriado, también conocido como Día Internacional del Trabajo o de los Trabajadores, recuerda las luchas y logros de los trabajadores y del movimiento sindical.

Se espera que miles de personas asistan a manifestaciones y marchas en todo Estados Unidos, incluyendo Chicago, Los Ángeles, Nueva York y Filadelfia.
En varios países se citó la agenda de Trump como una fuente de preocupación. En Estados Unidos, los organizadores dicen que este año su mensaje se centra en luchar contra las políticas de Trump dirigidas a los inmigrantes, los trabajadores federales y las iniciativas de diversidad.
En Taiwán, su presidente, Lai Ching-te, hizo referencia a los nuevos aranceles decretados por Trump mientras promovía un proyecto de ley de gasto destinado a estabilizar el mercado laboral y apoyar los medios de subsistencia.
En Filipinas, el líder de la protesta, Mong Palatino, advirtió que “las guerras arancelarias y las políticas de Trump” amenazaban a las industrias locales.
Incluso en Japón, algunos dijeron que las políticas de la Casa Blanca se cernían sobre la jornada como una sombra. En la marcha de Tokio, un camión llevaba un muñeco que se parecía a Trump.
Allí, las demandas de los participantes incluían un alza salarial, igualdad de género, atención sanitaria, ayudas para las víctimas de terremotos, un alto el fuego en Gaza y el fin de la invasión rusa de Ucrania.
“Para que nuestros hijos puedan vivir con esperanza, los derechos de los trabajadores deben ser reconocidos”, afirmó Junko Kuramochi, miembro de un grupo de madres que se manifestó en la capital japonesa.
Tadashi Ito, un obrero de la construcción sindicado en Japón, mostró su preocupación por el posible aumento del precio de las materias primas importadas en los próximos meses.
“Todo el mundo compite por el trabajo, por lo que los contratos tienden a ir donde los salarios son más bajos”, comentó. “Creemos que la paz es lo primero. Y esperamos que Trump erradique el conflicto y las desigualdades”.
Preocupación por los aranceles de Trump
Bajo el cielo nublado de Taipéi, alrededor de 2.500 afiliados a sindicatos comenzaron su marcha en la oficina presidencial representando sectores desde la pesca hasta las telecomunicaciones.
Advirtieron que los aranceles de Trump podrían provocar la pérdida de empleos.
“Por eso esperamos que el gobierno pueda proponer planes para proteger los derechos de los trabajadores”, dijo el líder sindical Carlos Wang. Un sindicato de trabajadores del automóvil llevó un coche recortado con una foto de Trump.
El presidente Lai dijo en Facebook que su gobierno presentó un proyecto de ley de 410.000 millones de dólares taiwaneses (12.800 millones de dólares) para apoyar a la industria y estabilizar el mercado laboral.
En Manila, miles de trabajadores filipinos marcharon cerca del palacio presidencial, cuyo acceso estaba bloqueado por barricadas policiales. Los participantes reclamaban subidas salariales y una mayor protección para los empleos y negocios locales.
En Indonesia, su presidente, Prabowo Subianto, salió a las calles de la capital, Yakarta, para saludar a miles de trabajadores que lo vitorearon en medio de una estricta seguridad policial y militar en el Parque del Monumento Nacional.
“El gobierno que lidero trabajará tan duro como sea posible para erradicar la pobreza en Indonesia”, dijo Subianto a la multitud.