BY WILL WEISSERT AND ZEKE MILLER
WASHINGTON (AP) — El presidente Joe Biden pidió el domingo a todo Estados Unidos “unirse como una sola nación” tras el aparente atentado del sábado contra el expresidente Donald Trump, y dijo que había ordenado una investigación independiente de las medidas de seguridad previas al hecho.
Biden ofreció breves comentarios en la Casa Blanca tras recibir un parte informativo en la Sala de Crisis.
Dijo que había pedido una investigación “profunda y rápida” y pidió al país “no hacer suposiciones” sobre los motivos o la filiación política del agresor.
Biden dijo además que giró instrucciones al Servicio Secreto para que revise todas las medidas de seguridad en torno a la Convención Nacional Republicana, que comienza el lunes en Milwaukee.
Biden dijo que él y la primera dama Jill Biden estaban rezando por la familia de la persona muerta en el evento de campaña. “Él era un padre”, dijo Biden. “Estaba protegiendo a su familia de las balas. Que Dios lo cuide”.
Añadió que tuvo una “conversación corta pero buena” con Trump el sábado en la noche y que sinceramente estaba agradecido de que Trump “está bien y recuperándose”.
Biden planea dar una alocución el domingo en la tarde desde la Oficina Oval.
Biden denunció rápidamente el tiroteo y habló con Trump el sábado por la noche. Mientras tanto, su equipo de campaña analiza cómo gestionar las implicaciones políticas de un ataque contra el hombre que Biden espera derrotar en las elecciones de noviembre.
El anuncio del mensaje previsto por Biden se da luego que funcionarios de seguridad nacional y de fuerzas policiales informaran a Biden, y la Casa Blanca lanzó un exhorto para mantener la unidad nacional y condenó el sorprendente acto de violencia.
La vicepresidenta Kamala Harris se unió a Biden para recibir información actualizada de los principales investigadores, entre ellos el secretario de Justicia Merrick Garland, el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, y el director del FBI, Christopher Wray.
También participaron el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, y Kim Cheatle, directora del Servicio Secreto de Estados Unidos.