En la madrugada de Halloween de 2019, una llamada desesperada al 911 rompía el silencio en Hays, Kansas. Colby Trickle, un reservista del ejército, reportaba entre lágrimas el suicidio de su esposa, Kristen, de tan solo 26 años.
Según su relato, ella había decidido terminar con su vida de un disparo a la cabeza. Sin embargo, esta versión inicial, aceptada casi a regañadientes por las autoridades, comenzaría a desmoronarse bajo el escrutinio de una investigación más profunda. ¿Sería posible que detrás de la fachada de un luto perturbador se escondiera un macabro asesinato planeado con meticulosidad?
Según detalló CBS, la primera señal de alerta surgió casi de inmediato, cuando el sargento Brandon Hauptman, primero en responder al llamado, inspeccionó la escena. Algo no encajaba: la disposición del cuerpo, la expresión de la víctima y, especialmente, la manera inusual en que supuestamente había optado por suicidarse.
Y aún cuando tres días después del incidente, el médico forense declaró la muerte como suicidio, los detectives no estaban convencidos y continuaron hurgando en las circunstancias que rodeaban el caso.
Fingió el suicidio de su mujer y se compró una muñeca sexual con el dinero del seguro
Colby Trickle hizo gastos extravagantes que despertó sospechas en los invetsigadores y familiares ) Facebook Kristen Trickle)
La sospechosa escena del suicidio
Uno de los primeros detalles que llamó la atención fue la vestimenta de Kristen. Solo llevaba ropa interior, lo cual es atípico en suicidios, especialmente aquellos involucrando armas de fuego, donde las víctimas suelen prepararse de manera más deliberada para el acto.
Además, la posición y tamaño del arma utilizada complicaban aún más la teoría del suicidio. La pistola encontrada junto a Kristen era inusualmente grande para que ella la manejara cómodamente y se disparara a sí misma en la cabeza, según lo descrito por los oficiales en la escena. Esto planteó preguntas sobre la viabilidad física del supuesto suicidio.