Con el inicio de los procedimientos legales contra la ley «Nuestra Ciudad, Nuestro Voto», instaurada por republicanos en la corte de Staten Island, defensores exigen al tribunal que no desmantele el derecho que beneficiará a más de 800,000 inmigrantes no ciudadanos.
Por: Edwin Martínez
New York .-. En diciembre del año pasado, y luego de una larga campaña promovida por diferentes organizaciones como la NYIC (New York immigration Coalition) y líderes políticos como el exconcejal Ydanis Rodríguez, el Concejo Municipal aprobó la ley “Nuestra Ciudad, Nuestro Voto”, promulgada en enero, que restauró el derecho al voto para más de 800,000 inmigrantes no ciudadanos en elecciones municipales de la Ciudad de Nueva York.
De inmediato opositores de la medida, mayormente republicanos, pusieron el grito en el cielo, e instauraron una demanda ante la Corte de Richmond, en Staten Island, donde este martes comenzaron las diligencias donde ellos exigen que se tumbe la ley y defensores la defienden.
Allí, decenas de activistas, organizadores comunitarios e inmigrantes se agolparon para exigir al tribunal que respalde el derecho conquistado.
En medio de sus reclamos, los manifestantes mencionaron que la demanda busca despojar a residentes, beneficiarios de DACA y TPS, portadores de visas de trabajo y otros alivios migratorio del derecho a votar en elecciones de Alcalde, Concejo Municipal, presidentes de condado y otros cargos públicos de la Ciudad, lo que consideran un retroceso.
“No permitiremos que la extrema derecha descarrile el compromiso audaz de la ciudad de Nueva York con la democracia. Es por eso que hoy La Colmena lleva la lucha a los tribunales”, dijo Yesenia Mata, directora ejecutiva del grupo la Colmena, al referirse a los beneficiarios de DACA de Staten Island, quienes están llevando la lucha a la sala del tribunal para defender la ley.
Ángel Salazar, estudiante, y trabajador esencial manifestó que dará la batalla para no permitir que la ley que le permitirá votar a partir de las elecciones del 2023 sea tumbada.
“Estoy aquí hoy para decirles a aquellos que se oponen a que alguien como yo pueda votar, que mi voto y mi voz importan. No dejaré de luchar hasta que todas las personas indocumentadas puedan vivir en esta ciudad con dignidad y respeto”, dijo el “dacamentado”.
Emili Prado, otra joven beneficiaria de DACA, quien desea poder usar el nuevo derecho municipal en las urnas, destacó que su capacidad de sufragar también es una manera de que la voz de sus padres sea representada.
“A través de la ley Nuestra Ciudad, Nuestro Voto, seré una de las primeras en mi familia en poder votar en las elecciones municipales, y a través de este voto, mis padres también tendrán una voz… Hoy estoy aquí para intervenir y hacer que se escuche mi voz”, dijo la inmigrante.
Carlos Vargas, demandante, quien es abogado, dijo que es vital que el derecho al voto para los no ciudadanos se conserve y se defienda como un acto de justicia.
“Como beneficiario de DACA, contribuyente, propietario de vivienda y residente de Staten Island, es crucial ser parte del proceso político para tener voz en la elección de nuestros representantes”, dijo el defensor.
“Estos funcionarios electos toman decisiones políticas en el nivel más local de nuestro gobierno. Estas decisiones impactan mi vida cotidiana como residente de la ciudad de Nueva York”.
Murad Awawdeh, director ejecutivo de la Coalición de Inmigración de Nueva York (NYIC) criticó a los republicanos por pretender quitar el derecho del voto a los inmigrantes y aseguró que esas comunidades prevalecerán.
“Los procedimientos judiciales de hoy son otro ejemplo más de republicanos que intentan privar de sus derechos a comunidades negras y latinas a través de la desinformación y el engaño”, dijo el activista.
“La Ley Local 11 haría posible que neoyorquinos inmigrantes que son activos en sus comunidades, trabajan aquí, crían a sus hijos y pagan impuestos aquí participen en su democracia local”.